Alimentación

Natural torrefacto y a morir por Miguel Ángel ALMODÓVAR

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El café es cosa de agua, ácidos orgánicos, cafeína, una sustancia que le otorga sus más apreciados y señeros efectos estimulantes, varios minerales, y algunos polifenoles de los que últimamente se habla mucho por su potencial antioxidante. El café también es diurético y, según el tueste, natural o torrefacto. Finalmente y por acabar con la retahíla, la industria desde hace tiempo lo ha convertido en soluble y descafeinado. Pero ante todo, el café es adictivo en los mismos parámetros que lo es el tabaco; es decir, que provoca adicción fisiológica, psicológica, gestual, de tipo y de marca. Y esto último, no a pocos y cual magdalena proustiana, nos traslada a la infancia y a un comercial radiofónico en el que un transeúnte, tras ser atropellado por vehículo automóvil, era socorrido con un cafelito por un buen samaritano. Situación por cierto chocante y surrealista donde las haya. El accidentado, en trance casi de finar, decía con un hilo de voz: «Si no es torrefacto "El Cafeto"prefiero morirme».