El hijo de Gadafi pide elecciones supervisadas internacionalmente

En una entrevista concedida al diario 'Corriere della Sera', Saif Al Islam subrayó que las elecciones se podrían celebrar "en tres meses o como máximo en un año"y destacó que "la transparencia podría quedar garantizada por la presencia de observadores internacionales".

En todo caso, reconoció que "no importa cuáles"sean los observadores, ya que el régimen aceptará que procedieran de "la Unión Europea, la Unión Africana, las Naciones Unidas e incluso la misma Alianza Atlántica". Según el hijo del dictador libio, lo importante es "que el escrutinio sea limpio, que no haya ninguna sospecha de fraude".

Asimismo, Saif Al Islam destacó que, "en el periodo anterior a las elecciones, será necesaria una nueva Constitución y un sistema mediático completamente libre"y subrayó que cree "en una Libia del futuro compuesta por fuertes autonomías locales y un débil gobierno federal en Trípoli, al estilo de Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia".

Saif Al Islam reconoció que "la Libia de antes del 17 de Febrero (fecha del inicio de las movilizaciones antigubernamentales) no existe ya"y que "ocurra lo que ocurra, incluso la derrota militar o política de los rebeldes, no se podrá ir marcha atrás". El régimen de su padre, "tal como se ha desarrollado desde 1969, está muerto y sepultado", admitió.

Asimismo, indicó que su padre "se ha visto superado por los acontecimientos"pero precisó que los rebeldes también se han visto superados, por lo que "es necesario crear algo nuevo".

En todo caso, el hijo de Gadafi se mostró convencido de la victoria de su padre en unas hipotéticas elecciones porque "la gran mayoría de los libios están con mi padre y ven a los rebeldes como unos fanáticos integristas islámicos, terroristas apoyados por el exterior, mercenarios a las órdenes de (el presidente francés, Nicolas) Sarkozy".

"De un total de cinco millones de libios, dos millones están con nosotros", prosiguió. "También en Benghazi tenemos la mayoría", pero la gente de la ciudad --capital 'de facto' de los rebeldes "no puede hablar por miedo a represalias", agregó.

Asimismo, aseguró que su padre estaría dispuesto a dejar el poder si pierde las elecciones, pero de ningún modo se iría al exilio. "Nunca se irá de Libia, nació aquí y su intención es morir y ser enterrado aquí, junto a sus seres queridos", aseveró.

Ante la posibilidad de que haya actos de venganza contra Gadafi, Saif al Islam advirtió de que permanecerán en su domicilio de Trípoli. "Sabemos cómo defendernos", aseguró.

"A nuestra gente no se le escapa que el mismo presidente del gobierno fraudulento de Benghazi, Mustafa Abdel Jalil, y el responsable militar, Abdel Fatah Younes, son hombres de la vieja nomenclatura, gente que ha saltado al carro de la revolución en el último minuto, unos miserables interesados, unos vendidos", manifestó Saif al Islam.

En este sentido, recordó que tanto Abdel Jalil como Younes eran "ministros con Gadafi y ahora quieren jugar a ser líderes contra él". Ell régimen "no les teme para nada"porque son "marionetas de París, incapaces de permanecer en pie bajo el sol", declaró.

A su juicio, son los rebeldes "los que tienen miedo". En todo caso, agregó, los líderes "han disfrutado de mi programa de liberalización en los últimos diez años, del cual no me arrepiento".

Por otra parte, el hijo de Gadafi declaró que el régimen aceptaría "una mediación por parte de Francia"y subrayó que "ya ha habido contactos"con París, que "por ahora, no han tenido éxito". En todo caso, advirtió, "Francia impone la política del Gobierno de Benghazi". "Ha sido Nicolás Sarkozy quien ha querido la intervención de la OTAN", por lo que "les toca a ellos buscar una vía de escape lo menos cruenta posible", advirtió.

Asimismo, el hijo de Gadafi señaló que no se pedirá la mediación de Italia "mientras el primer ministro, Silvio Berlusconi, permanezca en el Gobierno"porque "les ha dado la espalda". Saif al Islam calificó de "verg~enza"la participación de Italia en la guerra contra Gadafi y señaló que "parece inevitable la derrota de Berlusconi en las próximas elecciones".