El Cairo

La jaula de oro de Mubarak

La jaula de oro de Mubarak
La jaula de oro de Mubaraklarazon

EL CAIRO- Ha pasado un año desde que Omar Suleiman anunciara la resignación de Hosni Mubarak. Un año en que su alargada sombra ha seguido sobrevolando la república. En un año, el dictador pasó de su retiro dorado en Sharm el Sheikh a un hospital militar de El Cairo. Ahora, tras los rumores que le colocaban junto a sus hijos detrás de la masacre de Port Said, será trasladado a la prisión de Tora, a lo que es, a la práctica, un apartamento especialmente acondicionado, con servicio y atención 24 horas, y cuyo coste de acondicionamiento supera los 600.000 euros.

Sus hijos Gamal y Ala han sido «aislados» en otra nueva extensión de la prisión en unas amplias celdas con patio también especialmente acondicionadas. Los otros encausados del régimen han estado repartidos en cinco centros penitenciarios de la ciudad. En este año poco se ha esclarecido sobre el supuesto blanqueamiento de una fortuna cuyos límites son desconocidos (pero que se estima en 40.000 millones de dólares). Inglaterra denunció la poca cooperación del Gobierno egipcio y ni siquiera la oferta hecha por el rais de otorgar sus propiedades a cambio de no ser ingresado en prisión se tuvo en consideración. Antes, escribir sobre la salud del presidente te podía llevar a los tribunales. Así sucedió con el editor Ibrahim Eissa, quién fue condenado originalmente a seis meses de prisión en 2008. Hoy en día sigue siendo un secreto muy bien guardado que allana el camino a la rumorología. En un año pasó de estar muerto, a estar en coma o verse afectado por un poderoso cáncer. Los médicos no sueltan prenda. Su oncólogo, Yasser Abdel Kader, relataba que su cliente sufre de afección cardiaca agravada por la debilidad muscular provocada por la edad. Negó que estuviera recibiendo quimioterapia, como se había apuntado, y que realizase ejercicio durante su detención, pero dejó claro que ese secreto sólo lo revelaría si un juzgado lo requería. El aniversario del derrocamiento del rais tambiéne está marcado por Suzane Mubarak con sus esperadas memorias. Parece haber hecho fortuna vendiendo los derechos de su libro «La primera dama de Egipto» por cerca de 10 millones de libras esterlinas.

El libro de Suzanne Mubarak
En él revela su intento de suicidio cuando le dijeron que iba a ser detenida, la obsesión de su marido de que sería asesinado y, la más interesante, la oferta americana de asilo junto a la de otras monarquías del Golfo. También relata la confrontación entre sus dos hijos, lo que levantó dudas de la veracidad del testimonio. Abdel Latif el Manawi desenmascara en su libro «Tahrir: los últimos 18 días de Mubarak» algunos detalles entre bambalinas sobre los últimos momentos ante la caída del dictador egipcio. Manawi, catalogado por los revolucionarios como el Goebbels egipcio, dirigió durante años la corrupta televisión estatal. Una posición privilegiada desde donde vivió el alzamiento de la revuelta y la caída de Mubarak.

El libro de Manawi, en el que destaca morbosamente el colapso emocional de Suzane a su marcha de palacio, carga contra el hijo de Hosni, Gamal, y sus delirios de grandeza. Aunque no revela los rumores que apuntaban a la presencia de un comunicado grabado en el que Gamal pretendía destronar su padre, sí que defiende una teoría sostenida por muchos partidarios del antiguo rais que consideran que fue la irresponsabilidad política del hijo y sus corruptas amistades la que llevaron a la falta de control del padre sobre el país. Un año después de su retirada, Egipto vive hoy una jornada de paros que evidenciará la división que reina en el país.