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Batalla fratricida hasta agosto

Batalla fratricida hasta agosto
Batalla fratricida hasta agostolarazon

WASHINGTON.-El ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, tuvo que cancelar su fiesta de coronación. A pesar de ser el cabeza de carrera, tener el mayor número de delegados y la mejor campaña, no convence al electorado. Ganó seis estados en el decisivo «Supermartes» (Ohio, Virginia, Massachusetts, Vermont, Idaho y Alaska), pero continúa sin sellar la victoria. Romney vence, pero no convence a los votantes.
Mientras, el ex senador de Pennsylvania Rick Santorum, que se hizo con tres estados, Dakota del Norte, Tennesse y Oklahoma, tiene los problemas contrarios a Romney: Cuenta con el apoyo de los conservadores, pero le faltan el número de delegados y la estructura de una buena campaña propios del candidato fuerte de cualquier batalla electoral en las primarias.

«Un equipo B»
Entre tanto, los demócratas han decidido sentarse a ver cómo los republicanos se destrozan. El presidente del Comité Demócrata de Alexandria, Dak Hayward explica que «creo que estas elecciones son de un ‘‘equipo B''». Los grandes como (el ex gobernador de Florida y hermano del presidente George W. Bush) Jeb Bush o (el gobernador de Indiana) Mitch Daniels han decidido esperar hasta las presidenciales de 2016 porque saben que en estas elecciones lo tienen difícil contra el presidente Barack Obama», apunta el demócrata.

Las próximas citas se librarán en los estados del sur en Kansas, Alabama, Mississippi, Missouri y Louisiana. Sin duda será un calendario duro para Romney, que no termina de convencer al electorado más conservador. Por eso, la estrategia de Santorum es convencer a la campaña del ex portavoz de la Cámara de Representantes Newt Gingrich para que abandone la carrera. Y, así, conseguir el mayor número de votos de cara a alcanzar a Romney en la cantidad de delegados.

Todavía así, el prestigioso encuestador John Zogby advierte de Gingrich que «se encuentra muy bien consigo mismo. Todo lo que hace es una sorpresa. Creo que Romney se hará con la nominación», explica el experto en encuetas. Destaca que la clave para entender estas elecciones para por las tres «E»: economía, elegibilidad y elite. El fuerte de Romney es la economía. Pero, si los datos del desempleo siguen con su descenso de forma paulatina, será difícil atacar a Obama. El mormón es el contendiente más fácil de elegir. Y sus votantes suelen ser personas con ingresos superiores a los 100.000 dólares anuales.

A su juicio, «de momento Santorum no va a abandonar. Tiene el pódium y los delegados suficientes para continuar. Sus votantes son muy apasionados y para ellos todo es muy intenso. Si dejase la batalla o respaldase a otro político, para ellos, sería peor que una alta traición. En cambio, (El congresista de Texas) Ron Paul utiliza esta campaña para construir un movimiento (en referencia a los libertarios)», recuerda. Zogby advierte de que los candidatos republicanos de esta carrera representan a cuatro sectores del Partido Republicano, muy diferentes, que a la vez es muy difícil conciliar.

«Ninguno de ellos se cae bien. Se molestan bastante. Los veo abandonar y apoyar al otro. No creo que Ron Paul consiguiese un solo voto para Romney en caso de que decidiese dejar la batalla y apoyarle. Creo que para los votantes esta carrera es como cuando uno va a comprar un coche. Lo han probado y se han decidido. Pero, todavía no están preparados para dar el dinero de la entrada», pronostica.

Una «brokered convention»
Esta pelea sin claro vencedor, cuya única fuerza unificadora es el interés de sacar al presidente Obama de la Casa Blanca, ha llevado a miembros del Partido Republicano a empezar a hablar de la posibilidad de una «brokered convention» (convención seguida, en español). Esto ocurre cuando los candidatos llegan a la convención sin la cantidad necesaria de delegados para alzarse con la nominación.
Este año, se necesitan 1.144. Entonces, los delegados comprometidos de cada candidato a lo largo de las primarias y los «caucus» se «liberan» y comienza otra votación para elegir representante en las elecciones presidenciales en la que pueden apostar por el que quieran. De momento, es seguro que ninguno de los candidatos va a abandonar y, por tanto, la pelea continuará.