Festival de San Sebastián

Entre postales turísticas y otra mezquita

Entre postales turísticas y otra mezquita
Entre postales turísticas y otra mezquitalarazon

La jornada de ayer en el Festival tuvo un frenazo de actividad en la sección oficial quizá para conseguir el realce del poquito glamour que nos ha tocado de este año. Todo a las espaldas de Julia Roberts, Premio Donostia y de gira promocional europea de su película, es decir, cazada a lazo, ya que el próximo viernes se estrena «Come, reza, ama». La cinta es una sucesión de postales turísticas, y, la trama, poco más que una acumulación de tópicos sobre la vida y la búsqueda de la «paz interior». También una sucesión de primeros planos de la delgadísima Roberts con todas sus muecas: riendo, llorando, pensando, y, eso sí, siempre con la luz del sol o una artificial para arrancar «reflejos dorados» a la rubia y preparada cabellera. Un crítico americano dijo que esta película sólo se puede ver en un vuelo transoceánico. Disiento. En un vuelo así, mejor dormir que ver semejante estupidez. La única película a concurso del día –la de Roberts iba fuera–, ha sido la marroquí «La mezquita», de Daoud Aoulad-Syad. Una vez vista, da que pensar esa célebre frase con cientos de años de uso y existencia que decía: «Con el clero topamos, Sancho». El clero de cualquier religión que en el filme muestra los problemas que puede llegar a multiplicar. La cinta es una especie de continuación de «Esperando a Pasolini» del mismo director, y, en ella, la mezquita no es ni siquiera una mezquita, sólo fachada. Pero la gente del pueblo la considera un lugar sagrado de oración, y no consienten que se derribe a pesar de que el terreno donde se alza es propiedad de un padre de familia al que, como no puede tirarla abajo, le resulta imposible cultivar el terreno y dar de comer a los suyos. El resultado es una peliculilla mona con una suavísima crítica al poder religioso del Islam; una más, independientemente de la nacionalidad o cultura, sobre la lucha del individuo contra la sociedad que le oprime. Correcta, pero como ésta hay montones. Pasan por un festival y desaparecen: dinero de muchos estamentos públicos y privados que se tira.