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Ceuta

A pedradas en la frontera de Melilla

Un centenar de marroquíes la emprende contra la Policía

Intento de salto a la valla de Melilla
Intento de salto a la valla de Melillalarazon

MELILLA- Las piedras volaron ayer en el paso fronterizo de Beni Enzar. Cerca de un centenar de marroquíes cargó contra la Policía aduanera de Melilla desde la tierra de nadie que separa los dos países. En esta ocasión, la chispa la encendió el supuesto celo de los agentes, que impidieron la entrada a la ciudad autónoma a varios marroquíes pasadas las cinco de la tarde. La violenta ofensiva provocó el cierre del paso durante casi tres horas y la actuación de dotaciones de antidisturbios de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

El delegado del Gobierno, Abelmalik El Barkani, aseguró tras la reapertura de la verja que se había prohibido el acceso «por motivos de seguridad» y denunció la pasividad de los agentes marroquíes que custodian el otro lado. «Nosotros no permitiríamos que desde Melilla se lanzaran piedras», declaró. El Barkani acusó a «conocidos de las autoridades españolas» de estar detrás del ataque, que no dejó heridos, y apeló a la «colaboración» del país vecino.
Y es que el director de orquesta de la provocación fue, una vez más, el vicepresidente del Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla, Said Chamtri. Este autodenominado «activista de Derechos Humanos», que tiene prohibida la entrada a España, ha estado detrás de repetidas acciones en este corredor de unos 280 metros de largo y 40 metros de ancho.

Chamtri campa a sus anchas en una zona de nadie que debería estar despejada según un tratado bilateral que Marruecos no respeta. La última acción del vicepresidente de esta organización que reivindica la «marroquinidad» de Ceuta y Melilla tuvo lugar a finales de agosto, cuando comandó a un grupo de jóvenes en el intento de «ocupación» del Peñón de Vélez de la Gomera, custodiado por una dotación de Regulares del Ejército. En declaraciones a LA RAZÓN, Chamtri reconoció haber montado la «protesta» junto a sus acólitos para denunciar «la violación de la legislación española por la Policía». «Yo mismo cerré la frontera con mis manos porque no dejaban entrar a la gente», aseguró. «Con nosotros no se juega, tenemos suficiente financiación para continuar y no vamos a parar. Estamos pensando llevar nuestras manifestaciones a las embajadas españolas en América Latina y Europa», amenazó.

Impunidad
Lo cierto es que la «luna de miel» que viven las relaciones entre España y Marruecos desde la llegada del Partido Popular al Gobierno no cuadra con la impunidad de que gozan estos supuestos activistas para continuar con su agenda antiespañola en Melilla. Lo que en cualquier otro lugar quedaría como una mera anécdota, en esta ciudad sirve para encender unos ánimos ya caldeados por los repetidos asaltos a la valla de inmigrantes subsaharianos de los últimos meses. Según la Guardia Civil, los ilegales que saltan el perímetro de seguridad lo hacen con una agresividad desconocida hasta el momento.