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Rajoy se siente legitimado

Cree que no se han castigado los ajustes aunque esperaba mejor resultado 

La Razón
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Madrid- Para el Gobierno y para el PP empieza un segundo tiempo en esta Legislatura. El resultado en Andalucía fue muy bueno, su primera victoria en unas autonómicas, aunque no tocaron la gloria. Y en Asturias el resultado no fue bueno. En los dos casos, en Génova esperaban un apoyo mayor en las urnas. En clave de partido, con un poder territorial sin precedentes, la trascendencia que la dirección popular da a lo que ayer confirmaron las urnas es limitada, tanto que anoche de lo que hablaban era de cómo el pulso interno entre María Dolores de Cospedal y Javier Arenas se inclinaba algo a favor de la primera, «aunque ahora Arenas tendrá más tiempo para estar en Madrid».

Y en clave de Estado, con independencia de lo que dijeron los electores, «el Gobierno no tiene otro camino que seguir profundizando en las reformas y en los ajustes», según fuentes próximas a Rajoy. Sumar el feudo histórico que le quedaba al PSOE hubiera ayudado a poner en marcha la reforma territorial en la que necesita sostener el proyecto nacional de reducción de gasto y recuperación. Pero la victoria le permite proclamar, a tres días de la huelga, que «los ciudadanos no han castigado sus recortes».

Anoche en Génova hubo decepción, porque en todo momento creían que Arenas conseguiría romper con 30 años de Gobierno socialista. Es verdad que esa sensación se vio en un primer momento ya aguada cuando llegó la noticia de la bajada de participación, lo que no interpretaron como un signo a su favor debido a que todas las encuestas pronosticaban una participación superior al 65%. Y porque contaban con un escenario parecido al de las generales: una extrapolación de los resultados, con la misma movilización, les daba el gobierno andaluz.

La huelga y la presentación de los Presupuestos ocuparán todo esta semana. Pero cruzado ese Rubicón, el Gobierno ya no tiene que andar de puntillas ni tiene excusa para no aplicar el duro programa que, según el entorno de Rajoy, consolide «la imagen de rigor, seriedad y solvencia que necesita España en el exterior». Y que, en casa, empiece a concretarse en resultados económicos positivos.

Una vez cerrada la maquinaria de campaña hasta las gallegas y vascas, que deberían celebrarse en marzo de 2013, el PP emprenderá una renovación de sus estructuras territoriales que completará en tres meses. Lo de «renovación» es una formalidad, ya que los buenos resultados permiten anticipar que no soplan vientos de cambio radical.
Entre los puntos débiles sigue estando Asturias, pese al cambio de cabeza de cartel al que obligó el adelanto electoral. El resultado no ha sido bueno para el centro-derecha, aunque la caída de Cascos suma a su favor. El objetivo de Génova es que estos comicios le dejen fuera de juego y poner en marcha el proceso de absorción de Foro Asturias «para que las cosas vuelvan a su ser». Antes de las elecciones no había habido intentos de aproximación a Cascos, y anoche se pensaba que la alianza depende, en buena medida, de que él dé un paso atrás.