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Primera conferencia sobre desarrollo de software agile en España

Primera conferencia sobre desarrollo de software agile en España
Primera conferencia sobre desarrollo de software agile en Españalarazon

Un total de 36 charlas en sólo tres días, tres en paralelo, sobre esta forma de desarrollo de software que implica tanto a programador como a cliente, han tenido lugar estos días en Madrid. Concretamente, los días 10 y 11 de junio la Escuela Universitaria de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid se ha convertido en escenario de este primer encuentro internacional en nuestro país. Lo más destacado ha sido la participación de Henrik Kniberg como orador principal de la CAS2010. Henrik es autor de «Scrum y XP desde las trincheras» y «Kanban vs. Scrum. Obteniendo lo mejor de ambos», además de ser Certified Scrum Trainer y miembro de la junta directiva de la Agile Alliance.

Otro de los puntos relevantes es que los temas que se han debatido durante la celebración han sido previamente consensuados y elegidos por los protagonistas de este movimiento, los programadores de software. Las sesiones han contado con la participación de empresas consolidadas del sector tecnológico como Indra o Microsoft y ha visto superadas las expectativas de la organización, con más de 260 asistentes. «Ahora hay una gran inquietud en estos temas», explica Agustín Yagüe, profesor de la Escuela Universitaria de Informática de la Universidad Politécnica.

De hecho, un reciente estudio de la consultora tecnológica y de mercado americana Forrester, realizado en 2009, ponía de manifiesto que el 35 por ciento de los desarrollos de software actuales utilizan esta metodología agile. Una fórmula de relación con el cliente que arrancó a principios de 2000 con la firma del manifiesto agile, con la que se da prioridad y valor al producto por encima del contrato entre cliente y empresa que desarrolla las soluciones informáticas y que se basa en la confianza. Una fórmula que pretende, desde hace una década, cambiar las estructuras de trabajo e involucrar al cliente para que cada quince días consulte el estado del desarrollo. De esta manera, se evitan retrasos, se localizan mejor los errores y aumenta la calidad final.

«El proceso tradicional consistía en definir las características, hacer el diseño, escribir el código, probar y finalmente presentar el producto», explica Yagüe. El cliente no ve el producto hasta el final, tras un largo proceso que puede durar hasta un año. «Es más costoso introducir cambios», asegura Yagüe.