Los Ángeles

Tim Burton: «Mis padres ya sabían que no era un chico normal»

 Burton anda ahora seducido por los chupasangres. Así, al estreno de «Sombras tenebrosas» se suma «Abraham Lincoln, cazador de vampiros», de próximo estreno y que ha producido

Tim Burton: «Mis padres ya sabían que no era un chico normal»
Tim Burton: «Mis padres ya sabían que no era un chico normal»larazon

Retrocedamos en el tiempo. A finales de los sesenta y principios de los setenta la televisión norteamericana sorprendió con la emisión de «Sombras tenebrosas», una serie de media hora a caballo entre el terror, la comedia y el drama que tenía un toque de ciencia-ficción y en la que, por primera vez se introdujeron los elementos góticos propios del género. La historia se centraba en la vida de la familia Collins y del vampiro Barnabas como protagonista. Medio siglo después vuelve a la vida de la mano de Tim Burton y encarnado por Johnny Depp en la octava colaboración entre ambos (el actor es también productor del filme). De hecho, el cineasta le ha cogido el gusanillo a los chupasangres, pues ha financiado «Abraham Lincoln, cazador de vampiros», dirigida por Timur Bekmambetov, y que se estrena el 31 de agosto en España.

-El final de la película invita a otro principio. ¿Está pensando en crear una franquicia de este vampiro?
-La idea primitiva de la historia era rodar un culebrón, una telenovela. No hubo por mi parte una decisión consciente de terminar una para crear otra porque lo considero muy presuntuoso, ya que como director nunca puedes garantizar una secuela. Si funciona y el público disfruta con el resultado tal vez me lo plantee, porque la estructura de la historia sí ofrece esa posibilidad.

-«Sombras tenebrosas» pertenece a un género en sí mismo, no es comedia, ni drama, ni horror puro y duro. ¿Cómo la definiría?
-No me gusta catalogar mis películas. El tono es extraño, efectivamente, pero no le voy a colgar una etiqueta a esta historia porque no se cuál sería. Los amantes de las clasificaciones están un poco perdidos porque está a medio camino entre varios. Digamos que es «Sombras tenebrosas», ya está.

-¿Hay alguna escena que le haya emocionado?
-Sí. Como director, vibro con mi trabajo. Me entusiasma la secuencia en la que Johnny habla con Michelle (Pfeiffer) y él toca el piano, porque en ese momento está mostrando todo un abanico de emociones. La interpretación que hace de Barnabas resume el tono de la película.

-Ésta es su octava colaboración junto a Depp. ¿Por qué se decidieron por esta historia de vampiros?
-Llevábamos hablando del proyecto hace años. A los dos nos encantaba la idea de hacer un filme sobre el fenómeno cultural que supuso «Sombras tenebrosas» en los 60. Me fascinaba la serie, pero me tomó tiempo descubrir que Johnny quería interpretarla. Creo que desde niño ha querido ser Barnabas Collins.

-¿Qué nos puede decir del resto de los actores?
 -Mi criterio a la hora de elegirlos no fue nada convencional. Volví loco al director de casting. Cuando conocí a Eva (Green) pensé que era perfecta para el papel. Ella, como Bella, da la sensación de haberse reencarnado un montón de veces.

-Usted creció viendo películas de vampiros, de Frankenstein, Drácula... ¿Alguna vez tuvo pesadillas?
-Nunca. Mis padres me dijeron que no era un chico normal. Veía todos esos títulos y jamás me asustaba. Para mí era algo corriente el universo del terror. Me gusta volver a ver de vez en cuando aquellas películas que llenaron mi infancia de monstruos, como «La mansión de Frankenstein».

-¿Ha conseguido inmunizar a sus hijos también contra el terror?
-No. Trato de que vean esas películas pero sin forzarlos.

-¿Y les gustan las suyas?
-Me sentí muy orgulloso cuando mi hija de tres años me dijo que «La guerra de Ganagatúa» era su favorita, me hizo llorar.

-¿Los considera pequeños para ver «Sombras tenebrosas»?
-No. No les obligo a verlas, si ellos me lo piden les digo que sí, aunque han visto «Alicia en el país de las maravillas» y «Charlie y la fábrica de chocolate». Yo a su edad ya conocía «Sweeney Todd».

-¿Daría algún consejo a las nuevas generaciones que vienen pisando fuerte en la industria?
-Muchos jóvenes me lo piden y no sé qué decirles. La respuesta lógica sería que trataran de contar historias con las que se identifiquen, que sé es muy difícil, porque la suerte juega un papel importante.

-En su próximo filme, que le ha llevado 27 años de preparación, «Frankieveenie», salta de nuevo al «stop motion».
-Es un proceso tedioso, un arte muy técnico que requiere que tu cerebro esté al cien por cien, por eso admiro tanto el mágico talento de los animadores.

-¿Tuvo alguna mascota en su infancia que le gustaría volver a traer a la vida?
-Ésa es precisamente la idea que me rondaba la cabeza durante el rodaje. Recuerdo el amor que sentía por mi perra, fue algo maravilloso, un amor puro, el primero que tuve. Se llamaba Pepi y tenía una enfermedad y nos dijeron que no iba a vivir mucho tiempo, pero resistió y vivió más años de los que suponían.

-«Frankeewenie» va a ser la primera película en 3D que se filme en blanco y negro.
-En la historia del cine, no, ya que existe el precedente de «La criatura de la laguna negra», que también era en blanco y negro y en los 50 hubo varios intentos, incluso de algún título de ciencia-ficción. Ésta va a ser la primera que se haga a propósito en dicho formato. Es un proyecto personal y estoy contento de poder rodarlo, porque tanto en tres dimensiones como en blanco y negro tengo la oportunidad de crear emociones y sentimientos diferentes.

 

Mujeres extraordinarias
A su elenco de féminas predilectas para encarnar personajes femeninos (Winona Ryder, Christina Ricci y, ahora, su esposa, Helena Bonham Carter), se ha incorporado Eva Green, que interpreta a una malvada «dañada por el rechazo, poderosa y débil», explica la actriz, que se ha puesto a las órdenes de un director que ella califica como «único, con un sentido del humor oscuro y una sensibilidad muy especial. Siempre fui muy fan de él. Mis favoritas son "Eduardo Manostijeras"y "Beetlejuice"», añade.

 

El detalle
MÁS GÓTICO QUE VAMPIRO

Burton siempre se mueve en un universo de tinieblas y seres mágicos, pero la figura del nosferatu, tantas veces interpretada en el cine, no es habitual en su filmografía; aunque la recupere ahora, tenemos que remontarnos hasta la mítica «Ed Wood» (1994) para toparnos con otro. Todavía recordamos los impresionantes títulos de crédito iniciales que sirven de presentación al personaje de Béla Lugosi en su ataúd. Escrita por Scott Alexander y Larry Karaszewski y basada en la biografía escrita por Rudolph Grey, la cinta es una de las más aplaudidas de la filmografía del oscuro director. Una conjunción de talentos en el reparto (encabezado, obvio es recordarlo por su actor fetiche, Johnny Depp) se unió a una dirección artística que supo reconstruir con gracia los decorados del denominado «peor director de la historia del cine», que perpetró excesos calificados como aberraciones en su tiempo, que acabaron convirtiéndose en filmes de culto como «Glen o Glenda» o «Plan 9 del espacio exterior». El trabajo le valió un Óscar a Martin Landau por su sensacional interpretación de Béla Lugosi y otro merecido para el equipo de maquillaje. En definitiva, otra oda al eterno perdedor que tantas veces ha construido con sus diversas variantes. Pero esta vez con un sentido del humor mucho más complejo que en su nuevo largometraje.