Tres concejales de Pedro Castro «sabotean» un acto de Aguirre

Cuando, ayer, la presidenta Esperanza Aguirre y el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, se dirigían al Hospital Universitario de Getafe para visitar su Unidad de Obesidad Mórbida, no podía imaginar la que se les venía encima. Momentos antes de su llegada, una veintena de personas, la mayoría sindicalistas de la llamada «plataforma en defensa de la sanidad pública», esperaban en la puerta del centro sanitario parapetados tras varias pancartas y gritando consignas contra la dirigente regional. La protesta no hubiera ido más allá si no fuera por el perfil político de sus protagonistas. Y es que, entre los alborotadores se encontraban tres miembros del Gobierno municipal de Getafe, que dirige el socialista Pedro Castro, como la concejala de Empleo y Formación, Silvia Uyarra (IU); la concejala de Acción en Barrios, María Luisa Gollerizo (IU); y Rocío Jiménez (PSOE).Lejos de respetar la normativa, las dirigentes municipales reconocieron que no tenían autorización de Delegación de Gobierno para dicha convocatoria y aseguraron que el Ayuntamiento de Getafe sí les había dado permiso para manifestarse. Ni los gritos en el interior de un centro hospitalario, ni el alboroto que estaban montando, fueron suficientes para que el alcalde del municipio, compañero de partido de las manifestantes y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, tomara cartas en el asunto. No sólo no hizo nada por evitar el aboroto, sino que, a unos metros de los manifestantes, defendió la actitud de sus concejalas ante los micrófonos de Onda Cero, afirmando que «están defendiendo la sanidad pública», para luego no tener reparo en unirse a la comitiva presidencial y visitar junto a la presidenta y el consejero el Hospital de Getafe.Lo peor vino cuando Aguirre y Güemes pasaron por delante del grupo de alborotadores rodeados de abucheos e insultos, por un lado, y aplausos y piropos, por otro.Dentro del centro sanitario y al margen del silencio que se requiere en estos lugares, también les recibió un grupo de manifestantes ya habituales en estos actos, la mayoría del sindicato CGT. El problema llegó cuando, dentro del centro, la presidenta y el consejero de Sanidad cruzaron una puerta y se dirigieron a la Unidad de Obesidad Mórbida. Los alborotadores pretendieron seguirlos y el servicio de seguridad del hospital impidió el paso a todos ellos. Fue entonces cuando las concejalas de la coalición de izquierdas del equipo de Gobierno de Pedro Castro: Silvia Uyarra y María Luisa Gollerizo, quisieron hacer valer su condición de ediles del Ayuntamiento de Getafe para perseguir a la comitiva en toda la visita por el centro, alegando, esta vez, que querían conocer la Unidad de Obesidad Mórbida del Hospital getafense.Las concejalas intentaron esquivar a los miembros de seguridad del centro y posteriormente enfrentarse a ellos para acceder al salón donde se encontraban Aguirre y Güemes. El forcejeo, provocó según las ediles-manifestantes que los servicios de seguridad les agredieran. Agresión que, la Dirección del Hospital de Getafe negó y que las concejalas llevaron, en forma de parte de lesiones, hasta la comisaría del municipio. Según relataron a Europa Press, las lesiones constaban de un «hematoma en brazo izquierdo» y un «golpe fuerte en el brazo» sufridas cuando intentaron entrar por la fuerza en el salón de actos del hospital. Posteriormente, las dos ediles aseguraron que quienes les habían impedido el paso en el centro eran los escoltas de la presidenta regional, afirmación que también fue desmentida por la Comunidad de Madrid. Dentro, la presidenta regional y el consejero de Sanidad felicitaron a la Unidad de Obesidad Mórbida que ha atendido a 762 pacientes en su primer año de actividad. Aguirre calificó de «lamentable» que concejales del Ayuntamiento de Getafe «se dediquen a chillar como los antiglobalización».

-Una «algarada» organizadaLa reacción a la actitud de Pedro Castro y de sus ediles no se hizo esperar. El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, acusó directamente al alcalde de Getafe de organizar las protestas ante el hospital, que calificó de «algarada» y de «una falta de respeto a todos los ciudadanos de Getafe que ven como sus representantes, los que tienen responsabilidades de Gobierno, parecen haberse inclinado por el insulto como único argumento político». «Ésto no es nuevo. Castro ya insultó a los votantes del PP llamándoles "tontos de los cojones"», recordó.