Córdoba
Zapatero aplaza la crisis de Gobierno hasta el primer trimestre de 2011
No aprovechará la salida de Corbacho para sustituir a Jiménez. El ministro de Trabajo seguirá en el Gabinete hasta noviembre
Zapatero no quiere que se hable ni por activa ni por pasiva de crisis de Gobierno. Bastantes frentes tiene abiertos en este comienzo de curso político como para pensar en una profunda remodelación del Gabinete, aunque haya sectores de su partido que se lo pidan a gritos. Primero fue junio, luego septiembre y ahora desde Moncloa aseguran que la única baja que se producirá en la mesa del Consejo de Ministros es, y por voluntad propia, la de Celestino Corbacho para acompañar a José Montilla en la lista a las elecciones catalanas, y que ésta no tendrá lugar «por lo menos» hasta finales de octubre. Así que otra vez las quinielas, las apuestas y los calendarios de propios y ajenos han vuelto a fallar, algo que con Zapatero suele ocurrir con bastante frecuencia. Al presidente, ya se sabe, le gusta marcar sus propios tiempos, y no que se los marquen.
Cuando el jueves se supo que Celestino Corbacho dejaría el Gobierno para volver a la política catalana muchos dieron por hecho que su relevo sería aprovechado por el presidente para sustituir también a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, en el caso de que ganase las elecciones primarias para la candidatura de la Comunidad de Madrid a Tomás Gómez. Y como el ganador de la contienda madrileña no se conocerá hasta el 3 de octubre, se dio por hecho que tanto la salida de Corbacho como la de Jiménez llegaría entre la primera y la segunda semana de octubre. Para esa fecha Corbacho se iría asumiendo el desgaste de la huelga general del 29 de septiembre y ya se sabría si la ministra de Sanidad disputará o no la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre en mayo de 2011. Ni lo uno ni lo otro. Zapatero no tiene intención de sustituir a Corbacho «por lo menos» hasta finales de octubre, aseguran fuentes cercanas al presidente. Y por otro lado, sostienen también en el gabinete presidencial, mantendrá a Trinidad Jiménez en Sanidad aunque gane las primarias a Tomás Gómez, hasta bien entrado el primer trimestre del próximo año, probablemente hasta finales de marzo o principios de abril.
Sostienen así en Moncloa que no habrá crisis de Gobierno, que lo de ahora es un pequeño ajuste obligado por el calendario electoral de Cataluña y que ésta no llegará hasta el primer trimestre de 2011. Y es que los estrategas «monclovitas» defienden que no tiene sentido acometer ninguna remodelación del Gabinete hasta que las reformas económicas no estén en marcha. Y, de las previstas por el Gobierno, aún quedan la del sector energético y la del sistema de pensiones que, según los cálculos del presidente, ambas estarán aprobadas en este periodo de sesiones que empieza ahora y concluirá en diciembre.
Será entonces con las reformas económicas estructurales en marcha, con el más que previsible cambio de Gobierno en la Generalitat de Cataluña tras las elecciones de noviembre, con los presupuestos generales para 2011 aprobados definitivamente, con la evolución de la economía y con los nuevos ajustes que requieran los comicios municipales y autonómicos, cuando el presidente acometa la remodelación de su Gabinete. Sería la cuarta en seis años de mandato.
Jáuregui vuelve a las quinielas
Descartados pues los cambios profundos para este curso político que acaba de arrancar, ayer las quinielas en el PSOE se limitaron a quién sustituirá a Celestino Corbacho en Trabajo. Y, si a muchos socialistas se les pidiera opinión al respecto, no tendrían ninguna duda: el mejor candidato sería Ramón Jáuregui.
El que fuera vicelendakari en el Gobierno vasco entre 1987 y 1991, consejero de Economía, Trabajo y Seguridad Social entre 1994 y 1997 y secretario general del Grupo Socialista en el Congreso hasta que se fue de número dos por el PSOE en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, es un hombre de larga trayectoria política que cuenta con el reconocimiento de propios y extraños, y sabría reconducir las maltrechas relaciones del Ejecutivo con los sindicatos, ya que fue secretario general de la UGT en Rentería durante la Transición.
Otras voces del PSOE apuntaban, sin embargo, el nombre de Octavio Granados, secretario de Estado de Seguridad Social y miembro de la Ejecutiva Federal. Los más cercanos al presidente descartaban, en cambio, esta apuesta y cualquier otra, ya que la cartera de Trabajo podría asumirla incluso alguno de los ministros en activo. Sólo Zapatero tiene la respuesta.
Moratinos no quiere irse a Córdoba
Dicen que José Antonio Griñán lo quería de candidato a la Alcaldía de Córdoba; pero la idea no parece entusiasmar al ministro de Exteriores. Si al presidente le produce ya casi urticaria oír hablar de crisis de Gobierno, al jefe de nuestra diplomacia se le tuerce el gesto cada vez que alguien le sitúa de candidato a alcalde. No es extraño, teniendo en cuenta que el PSOE no ha gobernado nunca en Córdoba, donde sí lo han hecho tanto PP como IU. Un dato: al titular de Exteriores se le ha dado infinidad de veces por cesado y es de los pocos que se mantiene en el Gabinete desde 2004.
Unas remodelaciones cargadas de polémica
Tres grandes crisis
La primera gran crisis se produjo en abril de 2006 por la dimisión de Bono y supuso la remodelación de varias carteras, entre ellas Interior, Defensa y Educación. La segunda llegó por sorpresa en julio de 2007, a tan sólo ocho meses de las elecciones. La última, en abril de 2009, sólo un año después de las elecciones generales, y cuando ya era un clamor popular.
34 ministros en seis años
En apenas seis años, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha realizado tres remodelaciones y 34 cambios en los ministerios. Tan sólo cuatro miembros del Gobierno se mantienen desde 2004: María Teresa Fernández de la Vega, Miguel Ángel Moratinos, Elena Salgado y Elena Espinosa. Por el camino se quedaron Fernández Bermejo, José Bono, Carmen Calvo o Pedro Solbes.
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