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Luis en retirada

La Razón
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La familia de Luis tira y sacarle de Alcobendas empieza a ser misión imposible si no es para bajar unos días al sur, hacia el sol bendito, la relajación y la calma. Desde que regresó de Turquía ha recibido ofertas, cuantiosas en dinero, ricas en exotismo y pobres en fútbol. Lo más cerca que ha estado de entrenar fue al Sevilla... Antes del Mundial. Y al Mundial fue a comentar, a decir lo que pensaba y a escribir en LA RAZÓN lo que veía. Le dieron por los cuatro puntos cardinales. «Algunos no entienden que escriba en tu periódico y no en el suyo; les fastidia», me decía. Sus críticas fueron recibidas como insolencias; Camacho podía hablar en Tele 5 y Luis no podía expresarse en LA RAZÓN. Ambos, ex seleccionadores; uno, Aragonés, campeón de Europa. Éste tenía que ponerse un esparadrapo en la boca y lo aconsejaban quienes fracasaron en el intento de contratarle. A las aceradas y vengativas críticas de la zorra que no alcanzó las uvas, respondían los jugadores de la Selección con cariño verdadero. A Luis no le dejaron sus chicos en la estacada. Torres, Casillas, Puyol, Xavi, Reina, Capdevila... Todos los que se proclamaron campeones continentales bajo su mando admitieron con gallardía los pescozones paternales cuando Suiza se encontró con el triunfo más inesperado. Entendían a Luis porque sabían que a él le dolía la derrota tanto como a ellos. Y se alegró del triunfo de «La Roja» como el que más; había puesto la primera piedra. Pasaron unos meses y Vicente del Bosque, hombre de bien, señor del fútbol, le invitó a compartir el Príncipe de Asturias. Lo agradeció. Ahora está en retirada. Tiene 72 años y sólo cambiaría de opinión por la oferta de su vida, que ni descarta ni añora.