ETA escenifica en Francia la trampa del alto el fuego

Dos de sus pistoleros, al toparse con un control, lejos de entregarse y deponer sus armas (como sería lógico, al menos según la teoría de los «mediadores» internacionales) dispararon contra uno de los agentes, al que hirieron de gravedad.

Dispuestos a disparar
Las supuestas intenciones pacíficas de la banda criminal, de la que sus defensores dicen que está dispuesta a disolverse y cosas similares, saltaron hechas añicos, ante la realidad de individuos que siguen armados y dispuestos a hacer uso de sus pistolas.

Los hechos ocurrieron a las cinco de la tarde, cuando los dos terroristas, que viajaban a bordo un monovolumen Ford Cmax, se saltaron de forma violenta un control de la Gendarmería, situado en las proximidades de Valliere, una localidad situada entre Limoges y Clermont Ferrand.

Según informaron a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, uno de los dos ocupantes del vehículo (un hombre y una mujer) disparó contra los agentes, que trataban de impedir el paso del automóvil. Uno de los gendarmes resultó herido de gravedad en un hombro y, al cierre de esta edición, se encontraba fuera de peligro.

Vehículo abandonado
Los pistoleros lograron huir y dejaron abandonado el monovolumen a unos 50 kilómetros, en la localidad de Maymac, momento en el que los especialistas de la Policía francesa pudieron comprobar que se trataba de etarras, por la forma de falsificar las matrículas y otros elementos identificativos del vehículo.

Los terroristas huyeron a continuación a pie y se introdujeron en una zona boscosa, con la intención, si era posible, de robar otros coches con los que poder seguir la fuga.Las Fuerzas de Seguridad galas montaron un amplio dispositivo con el fin de localizar y detener a los terroristas. Participaban perros de rastreo, agentes a pie y un helicóptero. Al parecer, los gendarmes hicieron uso de sus armas reglamentarias en el momento de producirse la agresión, sin que, al parecer, llegaran a alcanzar al monovolumen y sus ocupantes.

Lo ocurrido ayer por la tarde en Francia será justificado por ETA, al igual que en casos similares, como una acción de autodefensa, ante la agresión de agentes uniformados. Los terroristas consideran que, al haber anunciado un alto el fuego, nadie puede detenerles porque se encuentran en pleno «proceso democrático».

Las fuentes consultadas sospechaban anoche que la pareja de etarras que se dio a la fuga debía llevar «valioso» material «político-militar» (documentos estratégicos) que no podía caer en manos del «enemigo», probablemente para que no se descubra la trampa que han urdido.

La banda se refuerza en Francia con el robo de coches y material para falsificar
Mientras la actividad de la banda terrorista parecía disminuir en España desde el anuncio de la tregua el pasado mes de septiembre, no ocurría lo mismo en suelo francés. Allí, los pistoleros buscaban reforzarse mientras que cada vez iban trasladándose más hacia el norte del país vecino, tras las numerosas detenciones sufridas.

Así, el pasado mes de diciembre, tres encapuchados robaron en nombre de ETA cerca de 6.000 tarjetas magnéticas y de crédito vírgenes de una empresa en la localidad de Bourg de Peage, cerca de Lyon, de donde también se llevaron, a punta de pistola, material para falsificar. Una vez dieron el golpe, maniataron a uno de los trabajadores y robaron un coche.

Ese mismo mes, los terroristas también habían robado un vehículo mientras que la Policía gala alertaba de que la banda seguía rearmándose. Sobre todo con coches, pues en lo que va de año la gendarmería francesa ha encontrado más de doce vehículos robados por la banda que posteriormente fueron abandonados o destruidos.

Pero también ha habido episodios tensos, como el ocurrido ayer en un control, aunque no con el mismo desenlace. Fue en marzo, cuando dos terroristas se saltaron un control y huyeron del lugar sufriendo un accidente de tráfico. Los agentes consiguieron detener a Ione Lozano Miranda, una de las terroristas más buscadas. Otro etarra huyó.