Bruselas
Draghi no garantiza a España una rebaja de la prima si pide el rescate
El BCE no asegura el éxito de la compra de deuda. El FMI insiste en que el Gobierno pida el apoyo
BRUSELAS- Otro jarro de agua fría. El presidente del BCE, Mario Draghi, pareció querer enviar un mensaje realista al Gobierno de Mariano Rajoy respecto a las posibilidades que ofrece el programa de compra de bonos ilimitado que la entidad ha ofrecido a España. «No podemos garantizar un nivel determinado de financiación por adelantado; no hay un quid pro quo automático», manifestó el italiano en una nueva rueda de prensa en la que el caso español fue el centro de interés.
Moncloa había planteado que la solicitud de ayuda sólo se produciría si tiene garantías de que la intervención del BCE ayude a relajar la prima de riesgo española hasta los 200 puntos básicos, la mitad del nivel actual. El problema es que si el banco emisor no puede dar garantías sobre la efectividad de su programa de compra de deuda, es probable que para Madrid no sea rentable supeditar su política económica a Bruselas. Y ello porque el rescate puede tener consecuencias serias tanto políticas como económicas.
Con todo, para el BCE la pelota sigue estando en el tejado del Gobierno español. «Es el país el que debe dar los pasos para activar el mecanismo», explicó el banquero italiano. Según indicó, el mecanismo de intervención en los mercados de deuda, a través de las operaciones monetarias directas –OMT, en sus siglas en inglés–, tiene como condición «necesaria» que el país solicite el rescate y suscriba un memorándum de entendimiento. Pero en todo caso, aunque necesaria, la solicitud «no es una condición suficiente», ya que es el Consejo de Gobierno del BCE el que toma la decisión final.
Además, Draghi descartó otro escenario que algunos diplomáticos españoles habían acariciado en las últimas semanas: que el BCE actuara de motu proprio. Draghi fue tajante cuando se le preguntó: «La respuesta es no».
Mientras el Gobierno se decide, el FMI, en un informe elaborado para la pasada cumbre del G-20, insiste en que los países en apuro como España o Italia deben acometer reformas y, «si es necesario, solicitar el apoyo apropiado del fondo de rescate». En realidad, el fondo insiste en la línea que ya había esbozado en las últimas semanas.
Arrimar el hombro
Lo que sí parece haber quedado claro es que el BCE está dispuesto a ayudar, y que la situación mejorará si se llevan a cabo las reformas planteadas. Entre tanto, «hay una progresiva renacionalización de los sistemas bancarios, unas diferencias en los precios de los bonos que no se justifican por los datos básicos de cada economía, y una difícil transmisión del crédito a la economía real», admitió el presidente del BCE.
Draghi también reconoció que la eurozona vive un nuevo debilitamiento, lo cual no ha impedido que el órgano ejecutivo del BCE dediciera mantener los tipos de interés en el 0,75%. Tras presumir de que la confianza de los mercados ha mejorado tras anunciar el programa de compra de bonos, tuvo la prudencia de reconocer que el «crecimiento va a seguir débil el próximo año».
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