España ya se hace notar

LONDRES- A las 6:30 de la mañana, los atascos colapsaban las carreteras de acceso a Londres. Los 20 kilómetros de carril olímpico se acababan de activar. Tan sólo autoridades y algún que otro británico con contactos –es decir, los mismos que brindan con champán en las carreras de Ascot– tenía acceso al carril privilegiado que conduce al Parque Olímpico sin necesidad de sufrir el atasco. El resto se limitaba a contemplar el desfile de limusinas mientras seguía pegado al volante. La tentación de cruzar la línea era impensable. Las multas ascienden a 130 libras y con un país aún atrapado en la recesión, uno prefiere desesperarse con el cinturón puesto y consolarse con los chistes del programa de radio de turno. Su expresión no era la de satisfacción por vivir en la que a partir de mañana se convertirá en la capital del mundo. Eran la otra cara de los Juegos, pero, tal y como señaló el comisionado de «Transporte de Londres»: «No hay Juegos sin dolor».

A pocas horas de la ceremonia inaugural, la ciudad está ya en su máximo apogeo y los atletas ya ocupan sus habitaciones en la Villa. La emoción del equipo español era ayer mayor que la del resto porque a las cinco de la tarde comenzó la ceremonia del izado de la enseña nacional. Un grupo de saltimbanquis daba la bienvenida a los deportistas al ritmo de Queen. El alcalde de la Villa Olímpica, Charles Allen, entregó de forma simbólica las llaves al Jefe de Misión de la Delegación española, el ex atleta Cayetano Cornet, quien, a su vez, le regaló un toro de bronce, de igual forma que hizo hace cuatro años en Pekín. Tras la última nota del himno, un gran aplauso. En el acto, también se izaron las banderas de Israel, Chipre, Senegal y Suiza, pero los españoles eran mayoría.

En la cita estuvieron los presidentes del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, y del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal y la infanta Doña Pilar que señaló que «hay que pensar que hay un nivel tan alto en todos los deportes que hace que todo sea muy difícil, pero la gran ventaja del equipo español es que siempre da todo lo que tiene dentro». «De cualquier forma hay que esperar lo mejor, porque tenemos una maravilla de deportistas que siempre entregan su alma», añadió.

Al terminar el acto, fue el turno de rusos y ucranios con un uniforme prácticamente idéntico al de los españoles. En los pantalones sólo cambiaba el color. «Unos vamos de butaneros y otros de señor de la luz», se oyó decir.

Pero la mayor odisea fue llegar a la zona de prensa. Los controles de seguridad se hacen eternos, eso sí, con una sonrisa. Un gesto que se le borra a uno nada más llegar al lugar de trabajo y encontrarse con que la conexión de Internet cuesta 180 libras. Al menos el transporte para los periodistas es gratis. Y eso se agradece al coger el metro. Sobre todo teniendo en cuenta la cara de los conductores que hasta el 12 de agosto tendrán que vivir sus particulares Juegos.

Las chicas de natación marcan estilo
Al igual que los artistas, algunos deportistas también llevan a cabo su particular «ritual» antes de competir. Las chicas del equipo de natación lo tienen claro: antes de lanzarse al agua, visita al salón de belleza para hacerse la manicura. Los diseños no tienen desperdicio. Cada uña es una maniobra de arte que sobresale generosos milímetros del dedo para ¿tener una brazada más potente? Desde luego más estilosa seguro que sí. Melanie Costa afronta sus segundos Juegos. «En Pekín iba a participar, aquí vengo a conseguir medalla. Los últimos cuatro años han sido muy duros, particularmente el último. Me siento preparada».