San Francisco

Vivir en una casa barco

Este original hogar flotante se inspira en las formaciones rocosas de California para integrarse como una piedra más en la costa californiana. Ideal para cambiar de entorno

Vivir en una casa barco
Vivir en una casa barcolarazon

Casa permanente, residencia de verano o de fin de semana, la idea del hogar flotante Tafoni está inspirada en el barrio costero de Sausalito, frente a la bahía de San Francisco (California). La joven diseñadora americana Joanna Borek-Clement se ha inspirado en este entorno que «es un ejemplo de coexistencia pacífica entre los seres humanos y la naturaleza», en el que se hace innecesario producir los residuos propios de la construcción en tierra. En este caso, basta con soltar amarres, tanto para detener la casa, como para cambiar de vistas.
Con un diseño sinuoso, el habitáculo se concibe como un entorno abierto a las vistas, la sensación de espacio, pese a su contenido tamaño de 89 m2 de superficie, se consigue con techos altos (uno de los problemas que individuó su autora); la altura total de la vivienda es de 5,2 metros, mientras que en el habitáculo se aprovechan hasta los cuatro metros.

Las rocas de California
La singularidad geológica de las formaciones rocosas de la costa californiana, a las que da nombre este hogar marino, inspira el diseño ovalado del interior. Y para ganar espacio y panorámica, sólo se han proyectado paredes cerradas completamente en altura en el baño y el vestidor.
Estas paredes abiertas llenan de luz natural y dividen la casa en tres espacios. La parte central consta de una terraza acristalada totalmente de vidrio que contiene la cocina, el comedor y la entrada principal de la embarcación. La parte delantera está ocupada por la sala de estar y la trasera por un dormitorio, ambas con vistas a la bahía. En cuanto a la utilización de materiales en una futura e hipotética realización del proyecto, la diseñadora deja libre la elección para la armadura del barco; entre fibras de vidrio y hormigón, propone el segundo como la mejor solución por el reducido precio y por la erosión de las constantes subidas y bajadas de la marea en la costa californiana.
Por el momento no se ha tasado el precio y, aunque le queda mucho para encontrar comprador, quien desee habitar el Tafoni tendrá que moverse a pie, porque la plaza de garaje no está incluida. Bien mirado, siempre es una buena forma de ayudar a la salud y al medio ambiente.