Barcelona
«Cataluña es un país europeo España también»
Los alumnos estudian la autonomía dentro del «nuevo orden mundial»
MADRID- Que hay 17 autonomías y 17 sistemas educativos distintos es algo constatable en los libros de texto, consecuencia del modelo descentralizado que concede más competencias a las autonomías. El resultado es que las comunidades modifican a su antojo gran parte del contenido que se imparte en las escuelas muchas veces infringiendo la ley al sobrepasar el porcentaje legal que tienen asignado para introducir sus propios contenidos. En Cataluña se constata ya desde las portadas de los libros de texto: mientras que en 2º de Bachillerato en Cataluña se estudia simplemente «Historia», en el resto del Estado el mismo libro tiene por nombre «Historia de España contemporánea». Y si abordamos los contenidos, la parcialidad no puede ser más evidente a la hora de explicar a los alumnos etapas clave de la historia. Por ejemplo, En 1º de la ESO, los alumnos catalanes estudian en Geografía e Historia la ocupación romana de Cataluña, dejando de lado lo que ocurre en el resto de España (Geografía e Historia, editorial Teide pag.248). Eso sí, los estudiantes pueden aprender con detalle las rutas de la conquista romana en Cataluña, o conocer a la perfección dónde hay restos monumentales de la romanización catalana y hasta ver en foto restos de una muralla iberoromana del Alto Penedés.
En Ciencias Sociales, Geografía e Historia de 2º de la ESO (editorial Vicens Vives, pag. 100-101) los alumnos estudian al principio del temario los orígenes de Cataluña como Estado. Incluso se llega al detalle de proponer como ejercicio a los alumnos que justifiquen el nombre de Cataluña Vieja y Cataluña Nueva e identifiquen quién ocupaba cada territorio. Y ya es en 4º de la ESO cuando se aborda la autonomía catalana dentro del «nuevo orden mundial» en Historia y Ciencias Sociales (editorial Teide, pág. 281). Si hay algo que importa a la hora de estudiar la Transición democrática en Ciencias Sociales e Historia de 4º de la ESO es la aprobación del Estatuto de Cataluña en el año 1979, porque la aprobación de la Constitución española en 1978 queda relegada a una línea. Eduardo López-Dóriga, de la asociación Tolerancia, asegura que «los libros de texto intentan explicar la historia de Cataluña y muy por encima la del resto de España y en muchos casos se contrapone como si fueran dos realidades diferentes». López Dóriga asegura que «el adoctrinamiento es continuo», hasta el punto de que unos alumnos de Primaria tuvieron que dar respuesta a un ejercicio con el siguiente enunciado: «Cataluña es un país europeo; ¿España también?».
Los catalanes, cada vez más pobres
El 29,5 por ciento de la población catalana vive en riesgo de exclusión o de pobreza, mientras que en el resto de España este porcentaje es del 26,7 por ciento. Cada vez son más los catalanes que tienen dificultades para llegar a fin de mes o de vivir en unas condiciones mínimas de habitabilidad en sus domicilios, según datos de la encuesta de 2011 sobre condiciones de vida y hábitos de la población de Cataluña impulsada por la Diputación de Barcelona. Por ejemplo, el 40,2 por ciento de la población catalana, más de tres millones de personas, no podría hacer frente a un gasto imprevisto de 750 euros. De hecho, el 12,7 por ciento no puede permitirse mantener el hogar a una temperatura adecuada. En cuanto a la tasa de personas que viven bajo el umbral de la pobreza, ésta se sitúa en casi el 22 por ciento de los catalanes. Una cifra que aumenta cuando se trata de menores de 16 años, ya que el 26 por ciento de los niños viven en Cataluña en familias pobres –350.000–.
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