Otro Poulidor

El australiano Cadel Evans ganó el Tour, salvo catástrofe hoy, y Andy Schleck se ha convertido en el nuevo Poulidor: ha sido segundo por tercera vez. En el deporte parece inevitable afiliarse, hacerse seguidor de un equipo o un ciclista. Tengo para mí que muchos españoles han celebrado la victoria de Evans. Schleck se había convertido en nuestro gran adversario y derrotarle casi ha sido satisfacción. Ha ganado el tercer hombre y, como en el fútbol, si no gana nuestro equipo, al menos, que no lo haga nuestro gran enemigo. Evans hizo la carrera que le convenía, arriesgó poco y solamente atacó cuando podía obtener beneficio. Ha sido el corredor más regular. Estuvo entre los mejores en Pirineos y Alpes y en la contrarreloj final superó a Schleck de modo incontestable. Andy puede decir aquello de «tanto remar para no llegar a la orilla». Contador no pensaba correr el Tour porque estaba pendiente de la decisión del tribunal que ha de decidir sobre aquella muestra micronésima de clembuterol. Arriesgó participando en el Giro y lo ganó de forma espectacular. La demora de la sentencia, con lo que no contaba, le dio la oportunidad de participar en el Tour. Lo hizo con muchas energías consumidas, contra los porrazos y consiguientes dolores. Salvó la imagen. Schleck perdió el Tour porque estuvo más pendiente de Alberto que de ganar. Honor a Samuel Sánchez, otra «águila» en las cumbres, y también a José Joaquín Rojas, a quien han atracado para que ganara Cavendish la regularidad.