Barcelona

Arancha Sánchez Vicario: «La gente quiere estrellas números uno»

Profesión: ex tenista.Nació: en 1971, en Barcelona.Por qué está aquí: debuta como capitana en Moscú con la Copa Federación.

Arancha Sánchez Vicario: «La gente quiere estrellas números uno»
Arancha Sánchez Vicario: «La gente quiere estrellas números uno»larazon

–Capitana del equipo femenino de tenis. ¿Qué tiene de capitana?
–No lo sé, no hice la mili. En todo caso, la disciplina.

–¿Qué hace una capitana?
–Estar junto a las jugadoras, darles confianza, apoyarlas.

–O sea, una labor más psicológica que otra cosa...
–Pues sí. Y creo que soy buena en eso: tengo la cabeza bien puesta... incluso sin ir a la peluquería.

–Este cargo, ¿le alivia el mono de no estar en la cancha?
–No echo de menos el tenis en absoluto.

–¿No siente envidia cuando ve a las jugadoras dándole a la pelota?
–No. Cuando algo se acaba, se acaba y punto. Una retirada a tiempo también es una gran victoria. Soy tan feliz como cuando era número uno.

–No tenemos ninguna entre las 25 primeras del mundo...
–No sé por qué. Creo que hay que trabajar más el tenis base.

–Nos hace falta una Arantxa...
–Sí, o una Conchita Martínez. La gente quiere estrellas, números uno.

–¿A qué Virgen le va a pedir medallas en Londres?
–A ninguna en particular. La mejor plegaria es llevar un buen equipo.

–Las tenistas han pedido a la Federación más atención, el mismo trato que a los hombres. ¿El tenis es machista?
–El deporte siempre ha sido y es bastante machista.

–Los hombres admiraban las piernas de Steffi Graf. ¿Es lamentable que haya tipos que se fijen más en las piernas que en el drive?
–No. Si eres buena jugadora y además tienes buen físico, vas a ir a más. En el tenis ha habido y hay mucha modelo.

–Cada fracaso me hace más fuerte, dijo alguien.
–Las derrotas fortalecen, pero las victorias te hacen más fuerte todavía.

–¿Qué victoria no olvidará?
–Cuando empezaba y gané a Steffi Graf.

–Dijo Peter Ustinov de Mónica Seles: «Odiaría estar en la habitación de al lado en su noche de bodas».
–A mí tampoco me gustaría. Chillaba mucho. Parece que las chicas de ahora chillan menos. Yo chillaba para adentro.

–Eso es algo que agradecen mucho los maridos...