África

Atenas

Misrata a la espera de la ayuda de los aliados

La tercera ciudad libia permanece bloqueada desde hace dos semanas por las tropas del coronel Gadafi

Una familia libia se dirige a la ciudad de Bengasi, la capital rebelde, huyendo de las tropas fieles al coronel Muamar Gadafi
Una familia libia se dirige a la ciudad de Bengasi, la capital rebelde, huyendo de las tropas fieles al coronel Muamar Gadafilarazon

BENGASI- Centenares de personas habrían muerto y muchas más habrían resultado heridas en Misrata desde el comienzo de la revolución libia, el pasado 17 de febrero. La tercera ciudad del país fue uno de los primeros focos de la revuelta y uno de los últimos bastiones rebeldes en el oeste del país, que ha permanecido bajo el control de Gadafi durante todo este tiempo. Las fuerzas del coronel han estado asediándola en las últimas semanas, limitando los suministros de alimentos, agua y electricidad, y provocando así una emergencia humanitaria, sobre todo en los hospitales de la ciudad, que no pueden tratar a los heridos, que serían más de 1.000 sólo en el mes de marzo, y 240 fallecidos, según la cadena televisión árabe Al Yazira.
Los médicos denuncian desde allí una situación desesperada, al igual que ya lo han hecho repetidamente las autoridades revolucionarias, que pidieron a la comunidad internacional que enviara un buque hospital al puerto de Misrata, que jamás llegó.
El acceso por mar es la única forma de sortear el bloqueo al que está sometida la localidad por las fuerzas de Gadafi desde hace más de dos semanas y por mar ha empezado a llegar la ayuda humanitaria. Ésta es también la única vía de escape para los civiles y, especialmente, los heridos que no pueden recibir tratamiento. Ayer más de 250 personas de diferente gravedad fueron evacuadas en un barco, enviado por el Gobierno de Ankara y gestionado por la ONG turca Humanitarian Relief Foundation (IHH, en sus siglas en turco), en el que también estaba previsto que subieran a bordo otros 70 heridos y 40 expatriados de países europeos en la ciudad de Bengasi, tal y como confirmó a LA RAZÓN un trabajador de IHH, organización islámica que ha liderado hasta el momento las acciones humanitarias en Misrata.
Recibidos como héroes
Cuando el ferry atracó en el puerto de la capital rebelde, los heridos fueron recibidos con cánticos de «¡Éstos son los mártires!» y «¡Estos son los hombres de Libia!», entre el grito de guerra de los revolucionarios «Alá es el más grande». La mayor parte de ellos eran milicianos con heridas de balas, que confirmaron la presencia de francotiradores en el centro habitado de la ciudad, donde los tanques de Gadafi llevan a cabo incursiones y bombardean con artillería pesada.
El Gobierno rebelde pidió a las fuerzas de la coalición que pusiera fin a la matanza en Misrata, pero éstas no pueden bombardear a las fuerzas del coronel situadas en las calles, junto a las viviendas. Los rebeldes siguen resistiendo, pero no han conseguido echar a los gadafistas, cuya superioridad es una vez más evidente. Por ello, desde Bengasi, sus compañeros revolucionarios están organizando una operación para enviar refuerzos a Misrata: unos 50 combatientes, preparados para hacer guerrilla urbana, pero sobre todo armas pesadas. Un joven que daba la bienvenida a los heridos en el muelle de Bengasi les prometía desde tierra que no les abandonarían e irían a liberar Misrata, «si Dios quiere».


Libia busca la paz en Grecia
Un enviado especial de Gadafi se reunió ayer en Atenas con el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, en busca de una solución al conflicto. El ministro de Exteriores griego, Dimitris Drutsas, informó tras la reunión de que «deben continuar los esfuerzos para una solución política y democrática para Libia». Atenas informó de que «se deduce de las palabras del enviado que Libia está en busca de una solución».