Berlín

España no usará la ayuda a la banca para comprar deuda

De Guindos coincide con Schäuble y niega que se vayan a utilizar los más de 40.000 millones sobrantes. «El rescate no está más cerca hoy que ayer», advierte

De Guindos, durante su intervención tras la reunión con los líderes regionales del PP
De Guindos, durante su intervención tras la reunión con los líderes regionales del PPlarazon

Madrid- Los problemas de financiación de España han dejado de ser todo lo apremiantes que llegaron a convertirse en julio, cuando el día 24 la prima de riesgo alcanzó los 639 puntos básicos con respecto al bono alemán. La mera posibilidad de que los mecanismos de rescate europeos entraran a comprar deuda española en el mercado secundario en caso de ser necesario, el llamado «rescate blando», insinuado a finales de ese mismo mes por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y ratificado a principios de septiembre, y el respaldo de la canciller Merkel a las reformas y ajustes del Gobierno español han bastado para ganar el tiempo necesario con el que tomar decisiones sin el aliento de los mercados en el cogote. El franco retroceso, en general, de los intereses de las emisiones de deuda realizadas en las últimas semanas –el coste de los últimos bonos a diez años quedó en el 5,7% por el 6,7% de la anterior subasta– y una fuerte demanda, refuerza el convencimiento del Gobierno de que España no tiene problemas serios de liquidez y sigue financiándose con soltura en los mercados, como demuestra que ya ha colocado aproximadamente el 82,1% de su programa regular de emisiones a medio y largo plazo previsto para 2012.

La sensación de alivio en el Ejecutivo, la primera en nueve meses, no invita precisamente a bajar la guardia pero permite tomar distancia con las apreturas de no hace mucho. Tanto es así que, también por primera vez, la coincidencia con Berlín parece total en el sentido de que España podría no necesitar ni siquiera el «rescate blando» y que, de ser necesario, sería menos abultado de lo previsto.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, mostró esta «sintonía» ayer con su colega alemán, Wolfgang Schäuble, al asegurar que la línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros que destinará la UE a sanear el sistema financiero español se utilizará «estrictamente para la recapitalización de los bancos». Tras reunirse con los líderes regionales del PP, De Guindos ratificó además que la cantidad que se destinará a sanear la banca española será «sustancialmente menor a los 100.000 millones de euros», y podría quedar incluso por debajo de los 60.000 millones –52.000 millones de euros, según los cálculos de Bank of America Merrill Lynch–.

De Guindos zanjó así las especulaciones sobre la posibilidad de utilizar el montante sobrante para abaratar la financiación de la deuda. Schäuble ratificó el viernes la negativa germana ante esa hipótesis, que calificó de «idea peligrosa», y para evitarlo aseguró que «España está en el camino correcto, puede hacer el trabajo sola y lo que necesita es la confianza de los mercados, no un rescate». Ante el rechazo alemán, y con la tenue rebaja de la presión de los mercados, la apuesta del Ejecutivo es tomarse tiempo para analizar las futuras exigencias del programa de ayuda.

El Gobierno no descarta aprovechar la «línea de crédito» ofrecida por sus socios, que abarataría sensiblemente la financiación y daría un respiro a las arcas públicas, siempre que las condiciones no vayan mucho más allá de los ajustes realizados hasta hoy y de las reformas que tiene en cartera Rajoy, entre ellas un Plan Nacional orientado a eliminar las trabas a la actividad empresarial, a fomentar la unidad de mercado interior y a impulsar la exportación. Para sentar las bases de su postura, Rajoy anunció en Roma una subida de las pensiones para 2013, aunque sin vincularla al IPC. «Ni el rescate está más cerca ni más lejos hoy que ayer», remarcó el ministro De Guindos, quien añadió que «España hará lo que tenga que hacer sin precipitarse».

 

Pensiones, la prioridad del Gobierno
Tanto el ministro de Economía como Fátima Báñez, titular de Trabajo, insistieron ayer en que mantener las pensiones es una prioridad del Gobierno. Además, Báñez confirmó que no se adelantará el calendario previsto para implantar la edad de jubilación legal a los 67 años, otra de las medidas con las que se había especulado. Será progresiva hasta 2027.