Tetuán

«Tengo un problema Antonio se ha caído en el baño»

Amanda viste chándal ajustado, tiene un chiuaua y esconde sus ojos tras una grandes gafas doradas. Resulta que esta joven, a la que se le adivina mucha calle tras sus espaldas, vio el cuerpo sin vida de Antonio Puerta el martes por la noche. Ella no vive en el número 35 de la calle General Varela de Madrid, pero sí muy cerca. Una amiga de Amanda recurrió a ella cuando se percató de que algo le pasaba al agresor de Jesús Neira.

«Tengo un problema Antonio se ha caído en el baño»
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«A mi me llamó y me dijo: "Tengo un problema, Antonio se ha caído en el baño. Por favor, ven"». Amanda, no dudó en acudir al bloque de apartamentos, que, por cierto, no tiene muy buena fama entre algunos vecinos. Se trata de pisos de escasos 30 metros y que podrían utilizarse en ocasiones para encuentros entre prostitutas y sus clientes.

 

En cualquier caso, Amanda acudió al apartamento en cuestión y, tras examinar la escena, conminó a llamar a la Policía inmediatamente. Según le explicaron las últimas personas en ver con vida a Antonio Puerta, el hombre, de 46 años, llegó muy pasado al domicilio de su amiga.

 

Amanda no quiso ayer entrar en detalles, pero estaba claro que se refería a que daba la impresión de que Antonio llevaba varios días de fiesta. De hecho, el domingo algún testigo le vio subido en un Seat Ibiza, acompañado de un amigo, y con pinta de haber consumido sustancias estupefacientes en abundancia.

 

En cualquier caso, la joven no supo calcular la hora en la que Puerta llegó al domicilio del distrito de Tetuán; lo que sí explicó es que el agresor de Neira llegó solo y que dentro del apartamento estaban su amiga, la dueña de la casa, y otro joven, con el que Neira no tenía tanto trato como con su amiga.

 

Al poco de llegar a la vivienda, según explica Amanda, Puerta se metió en el baño, del que no volvió a salir. A eso de las diez y media, comprobaron qué le sucedía, y se dieron cuenta de que estaba tendido en el suelo. Fue entonces cuando llamaron a Amanda.

 

Cerca de las once de la noche, una unidad del Summa llegaba al domicilio y confirmaba su muerte. Apenas manipularon el cuerpo para dejar hacer a los investigadores. Más tarde se personaban miembros de la Policía Científica en busca de pruebas y el juez de guardia.

 


«Era un espíritu libre»

 

El cadáver no presentaba signos de violencia, pero sí algunas marcas de haberse pinchado antaño, lo que se conoce como venopunciones, pero antiguas. Sin embargo, algunas fuentes aseguran que Puerta podía tener, al menos, dos pinchazos más recientes.

 

El abogado de Antonio asegura que hacía mucho tiempo que Puerta no consumía heroína. Lo hizo en su momento, pero hacía años que no. Por eso Fernando Pamos no cree que se encontrase cerca del cadáver una cucharilla y una jeringuilla como apuntaban ayer algunas fuentes. «Tampoco sé si se pinchaba la cocaína», explicaba. Acerca de Amanda y su amiga, Pamos no tiene constancia de la amistad que les unía ni de las últimas horas de vida de su amigo.

 

«Era un verso suelto, un espíritu libre que estaba enfermo y enganchado desde hacía casi una década». Por eso, quizá, Antonio no fue capaz de ajustarse a la disciplina necesaria en un centro de desintoxicación. Entró y salió de muchos de ellos. Algunos, tras su salida de la cárcel. Una experiencia que tampoco ayudó a su recuperación y que le resultó muy difícil de asumir. Allí no hizo amigos, pero sí que tuvo tiempo para pensar en su futuro. Por ello, tras salir de prisión y pasar un tiempo con su familia ingresó en un centro, pero no funcionó.

 

Tampoco ayudaba que Antonio fuese diabético. Según Pamos, hace dos semanas estuvo ingresado en un hospital de Palma de Mallorca por no cuidarse esta enfermedad. «Él decía que le habían sacado de una parada cardiorrespiratoria, pero no sé. Es lo que él contaba». No pudo con el control de la recuperación y volvió a abandonarlo. Esta vez, la fiesta le llevó a un barrio de Tetuán.

 


Hoy se incinera

 

Según fuentes policiales, la casa estaba bastante sucia, revuelta y se encontró cocaína en la mesilla de una habitación. Dadas las dimensiones del apartamento, fue difícil manipular el cuerpo sin vida del agresor de Neira en tan reducido espacio. Además, se lo encontraron en mitad de un pasillo. Los facultativos y los investigadores debieron de moverlo, porque se encontró el cadaver en el suelo del baño.

 

Ayer se le practicó la autopsia y estaba previsto que el cuerpo se incinere hoy en el cementerio de la Almudena, tras pasar por el tanatorio de la M-30 y poseer el consentimiento del juez para la cremación.

 

Los resultados de la autopsia se conocerán en las próximas semanas. No obstante, según los primeros indicios, Puerta murió por un paro cardiaco como consecuencia de un shock anafiláctico provocado por una sobredosis de drogas, según indicaron fuentes de la investigación a Europa Press. Su familia ha pedido «respeto» para un hombre que estaba enfermo y que era muy querido.

 



Dolor y nervios en el tanatorio

 

Desde políticos a periodistas. Para el abogado de Puerta, Fernando Pamos, muchos han tenido culpa de que su cliente acabara sintiéndose como «un animalito acorralado». Pamos pidió «un examen de conciencia» a la sociedad tras lo sucedido porque la presunción de inocencia «se ha hecho pedazos por la clase política y tertulianos de medios de comunicación». Sobre las cinco de la tarde los padres y una de las hermanas del fallecido llegaron al tanatorio de la M-30 destrozados. La madre de Puerta tuvo que ser sujetada por unos familiares para caminar dado su estado de nerviosismo. Una hora más tarde llegaba el furgón con el cuerpo de Antonio, que ocupó la sala 20. «Hemos perdido a un familiar que estaba muy enfermo desde hace años», declaró su hermana Isabel.