Barcelona
Laura Freixas: «El precio de la libertad es vivir con poco»
Profesión: escritora. Nació: en 1958, en Barcelona. Por qué está aquí: por su novela «Los otros son más felices» (Destino).
-«Los otros son más felices». ¿Quiénes son más felices que usted?-Nadie. Que los otros sean más felices que uno es un espejismo.
-Pero de ese espejismo nace la envidia, ¿no?
-Sí. La envidia en pequeñas dosis puede ser estimulante. Cuando es excesiva, paraliza.
-Cuenta la historia de los descubrimientos de una adolescente en un veraneo con familiares ricos. Dígame eso tan bonito de que los ricos no son más felices...
-Los ricos también lloran, ja, ja, ja. Si son ricos cultos, son más felices. Si son ricos horteras, que cada día hay más, no.
-¿Qué descubrimiento adolescente le marcó?
-Proust. Lo leí muy joven por insistencia de mi madre. Soy escritora gracias a ella, Franco y Simone de Beauvoir. Mi madre me llevó a la lectura. Y como la dictadura era tan aburrida, me refugié en la literatura. Simone fue mi modelo.
-¿De qué dogmas abomina?
-De todos los patriarcales: la desconfianza hacia la mujer culta, ver a la mujer sólo como objeto de deseo...
-Hace literatura feminista.
-Sí. Soy feminista y cuando escribo lo sigo siendo.
-Lucía Etxebarría se sortea a sí misma en Facebook para promocionarse...
-Allá ella. Son métodos que no comparto. Yo sólo sortearía libros.
-¿Qué haría a cambio de la gloria literaria?
-Lo que hago: trabajar mucho y escribir lo mejor que sé.
-¿Decía Robert Walser que el verdadero escritor desprecia la gloria.
-Si por gloria se entiende fama, no la quiero. Pero si por gloria se entiende reconocimiento de la calidad, sí me interesa.
-Bolaño dijo que nada más cercano a la prostitución que la literatura...
-Es una «boutade». Es prostitución cuando se la utiliza para otros fines: para conseguir fama o para ganar dinero, por ejemplo.
-¿Le afectan mucho las noticias apocalípticas sobre el futuro?
-Más de lo que quisiera: me producen desorientación e impotencia.
-Dicen que vamos a ser más pobres..
.-Ya soy más pobre. El precio de la libertad es vivir con poco. Por circunstancias de la vida he pasado de vivir en un chalet a un quinto piso sin ascensor.
-Magnífico: ganará en salud y recibirá menos visitas...
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