Bruselas
y plantón a los intentos de diálogo
BRUSELAS- Como ya probaron en España, los indignados que han llegado a Bruselas han hecho del asamblearismo su seña de identidad. Tanto que en la mayoría de ocasiones han primado el medio, es decir la discusión, por encima de sus objetivos, que pocos han logrado entender en el Parlamento Europeo, la Comisión Europea o incluso entre la prensa internacional. A pesar de ello, el comisario de Empleo, Laszlo Andor, ha ofrecido a los indignados reunirse con ellos para escuchar cuáles su mensaje. «Simpatizo con este movimiento», dijo el comisario el pasado jueves en una conversación con este diario y otros corresponsales. «Pero tienen que llegar con algo concreto, para ver en qué les podemos ayudar», dice un miembro de su equipo.
A pesar de que el comisario, uno de los pocos socialistas en el Ejecutivo comunitario, sería el político de más rango con el que se han reunido representantes de este movimiento a este o al otro lado del Atlántico, los indignados parecían no ser conscientes de la oportunidad. «Tendremos que discutirlo, y preferiríamos que viniera donde estamos nosotros», dijo Lucrecia, una de sus portavoces, al ser preguntada por este diario. Otro de sus portavoces indicó que estarían dispuestos a reunirse con él este lunes, tal y como ofreció el comisario, al finalizar la cumbre social en Bruselas. Sin embargo, desde el equipo de Andor seguían ayer sin recibir confirmación de los indignados sobre si aceptarían finalmente el encuentro para ser escuchados, el fin para el que en principio llegaron a Bruselas.
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