Sevilla

Cuba el anzuelo para pescar el voto hispano

Cuba el anzuelo para pescar el voto hispano
Cuba el anzuelo para pescar el voto hispanolarazon

NUEVA YORK- El ex portavoz de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, y el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, se han empleado a fondo en los últimos días en la ciudad de Miami, en Florida, considerada la capital de Latinoamérica en Estados Unidos. Los dos principales candidatos republicanos han cambiado su mensaje de Iowa, New Hampshire o Carolina del Sur, donde hablaron de economía y de los valores religiosos, para escribirlo en clave cubana anticastrista. Es la forma en la que sus campañas consideran que deben cortejar al importante voto hispano de este estado. En el condado de Miami-Dade hay registrados 368.000 republicanos, de los que el 72% son hispanos. En total, Florida tiene 1,5 millones de votantes latinos, que representan el 13,4% del electorado. Y del mismo grupo, los cubanoamericanos son el bloque mayor con el 32%. En un discurso en el Centro de Artes Escénicas Wetheim de la Universidad de Florida, Gingrich indicó que las políticas de Obama con respecto a la isla «son prácticamente opuestas a las que tendrían que hacerse». Y añadió: «No creo que a ninguna persona de la Casa Blanca se le haya ocurrido proponer una primavera cubana», dijo en alusión a las revueltas árabes. Gingrich ha sugerido operaciones militares encubiertas contra los hermanos Castro para congraciarse con el voto cubano.

Su primer rival en las primarias republicanas, el moderado Mitt Romney, optó por un escenario más simbólico para encontrarse con los cubanos: la Torre de la Libertad. Allí fue donde se establecieron las oficinas del Gobierno estadounidense cuando llegaron los primeros refugiados políticos cubanos hace décadas. Ambos candidatos atacaron a Obama por rebajar las restricciones para viajar a la isla.

«El presidente no entiende que al ayudar a Castro no ayuda a la gente de Cuba, les hace daño. Quiero ser el presidente de Estados Unidos que pueda estar orgulloso de decir: yo fui el presidente en el tiempo en que devolvimos la libertad al pueblo cubano», indicó desde dicha torre, construida en 1925 y de la que se dice que se inspiró en la Giralda de Sevilla.

El vicerrector de la Universidad de Miami, Andy Gómez, explica a LA RAZÓN que «los cubanos de Miami son un grupo de inmigrantes más de este país. Están perfectamente asimilados. Desde hace 53 años –el tiempo que los hermanos Castro han estado en el poder–, los políticos han venido aquí para decir "¡Viva Cuba!", "¡Cuba libre!"y explicar cómo van a tumbar a Fidel y ahora a Raúl. Pero el mensaje que yo quisiera mandarle es el siguiente: no vengan aquí a hablar de esas tonterías, sino a hablar de la economía y cómo van a crear más trabajo en Estados Unidos», explicó el experto en asuntos cubanos. Gómez también recordó el error de Romney de hace años en un intento de acercarse a los cubanos de Miami, cuando terminó un discurso con la frase que solía utilizar Fidel Castro: «Patria y muerte. ¡Venceremos!».

Precisamente, este fallo ha sido utilizado por Newt Gingrich estos días para poner de manifiesto el desconocimiento de Romney sobre el tema. Esto ha provocado que el senador republicano cubanoamericano Marco Rubio –que no se ha decantado por ninguno de los candidatos– intervenga para pedir que cesen estos ataques entre los aspirantes, al mismo tiempo que aseguró que «lo importante es la economía y no la inmigración».

Según un sondeo publicado ayer por CNN/Time, Romney cuenta con el apoyo del 36% de los votantes; Gingrich con el 34%; el ultraconservador Rick Santorum tiene el respaldo del 11% y, por último, el libertario Ron Paul se queda con un 9%. Las primarias de Florida se celebrarán el próximo martes y parecen estar muy reñidas.

 

La riña con Obama
El viaje de Barack Obama a Arizona regaló una imagen poco usual: la del presidente discutiendo con la gobernadora republicana Jan Brewer en la pista del aeropuerto. Brewer le apuntó con el dedo mientras hablaban sin respetar su turno. Al final, Obama se marchó mientras ella seguía hablando. Según contó la gobernadora después, a Obama no le gustó un párrafo de un libro escrito por ella en el que describe una tensa visita a la Casa Blanca.