La Habana
Fariñas cumple 100 días de huelga de hambre
El disidente cubano Guillermo Fariñas, al cumplir hoy 100 días en huelga de hambre y sed se declaró "escéptico"ante los próximos pasos del Gobierno de Raúl Castro con los presos políticos, a quienes, en su opinión, está usando "como piezas de ajedrez".
"Siempre he dicho que soy escéptico ante lo que pueda hacer el Gobierno cubano", declaró hoy a Efe Fariñas, quien el pasado 24 de febrero comenzó su ayuno para pedir a Castro la liberación de los opositores presos enfermos.El disidente llegó a los cien días de huelga de hambre en un momento de expectación ante los resultados que pueda tener la mediación de la jerarquía católica cubana ante el Gobierno en favor de los presos políticos.En ese contexto, el psicólogo y periodista de 48 años se ha mostrado dispuesto a abandonar su huelga si son excarcelados los presos más enfermos, entre 10 y 12, y si el Gobierno se compromete con la Iglesia católica a organizar "un calendario"para liberar al resto de ese grupo.El primer fruto del diálogo abierto entre la jerarquía católica y el Gobierno ha sido el traslado esta semana de seis presos políticos a centros penitenciarios de sus provincias de residencia, pero en opinión de Fariñas se trata de una "situación de manipulación de los presos"."El Gobierno cubano está usando los presos como piezas de ajedrez. Hay que ver finalmente qué hace", resaltó. A mediados de marzo pasado Fariñas ingresó en la sala de cuidados intensivos del hospital "Arnaldo Milián Castro"de la ciudad central de Santa Clara, donde reside, después de sufrir dos desmayos en su casa.Actualmente su estado es de "grave estable", aunque ha padecido varias infecciones, algunas de ellas causadas por el propio catéter por el que recibe la alimentación parenteral."Estamos en este día 100 con mucho dolor de cabeza y articulatorio en el cuerpo, pero continuaremos y trataremos de llegar al 200 si Dios quiere", dijo Fariñas, quien empezó la huelga después de la muerte a finales de febrero del opositor preso Orlando Zapata Tamayo en La Habana tras una huelga de hambre de 85 días."Creo que fue una decisión correcta, bajo ningún concepto me arrepiento de ella. Creo que debía haberla empezado cuando Zapata estaba vivo, es la única crítica que me puedo hacer al respecto", añadió.
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