Presidencia del Gobierno
Botella anti-botellón
El Ayuntamiento parece decidido a meterle mano al botellón y sus excesos con multas de entre 300 y 600 euros. Esta vez no se trata de penalizar el consumo de alcohol en la calle, que de eso ya se ocupa la Comunidad, sino de evitar el bochinche de ruidos y molestias que acarrea en los vecindarios a los que les ha caído esta plaga como una maldición. Parece una decisión acertada que Ana Botella esté dispuesta a zanjar el asunto botellón a golpe de bolsillo, único idioma que, por lo visto, todos entendemos de maravilla; es mas: propongo que a las dos multas, la del bebercio y la del jolgorio, se le sume una tercera por dejar las calles como el vertedero de Valdemingómez, a ver si así, a base de poner el tetrabrick callejero a precio de cremación, se consigue acabar con esta costumbre de admitir como diversión el gamberrismo. Al fin y al cabo, si a los fumadores se nos obliga a castigarnos los pulmones a la intemperie, lo justo es que quien quiera zurrarse el hígado lo haga dentro de los bares y sin dar la tabarra, que sería lo propio de la sociedad civilizada.
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