Nueva York
Viva Michigan
He estado repasando meticulosamente todo el lío que se ha montado con la nueva Miss Estados Unidos y lo primero que he pensado es en Toño Atienza, amiguete de juventud y un maravilloso batería que se nos fue para siempre en octubre del año pasado. Su banda de rock & roll de toda la vida, Franky Franky y el ritmo provisional, ya estableció en su momento lazos fraternales con aquel país, plasmados en la canción «Soy del llano», en la que se abjuraba de montañas y de valles, se defendía el océano amarillo del trigal mecido por el viento y se daban vivas a una nueva nación: el pijo. Arizona. Tarazona. San Diego. Villarrobledo. San Francisco. Quintanar. Monterrey. Alcázar de San Juan.Es verdad que el desierto texano es una cosa y Michigan no tiene nada que ver, pero se pronuncia bien y sin dificultades porque se escribe igual que se lee y a mí eso ya me da una alegría y me noto muy partidaria, así que me ha dado cosica que para una vez que ese estado coloca a una maciza en todo lo alto, se monta un pollo de aquí te espero. Rima Fakih, que así se llama la nueva belleza oficial norteamericana, ha sido acusada de tener vínculos con el fundamentalismo islámico, de estar patrocinada por Hezbolla y, por lo tanto, de apoyar que se subyugue a las mujeres. Rima, que nació en el Líbano en el seno de una familia árabe, creció en Nueva York y asistió, sin embargo, a una escuela católica, con lo que se demuestra que las escuelas católicas ni te apartan de lo que quieres ser, y mucho menos de lo que quieras enseñar, que no está mal como primera aproximación al tema.Cuesta trabajo pensar que la citada señorita se encuentre de algún modo subyugada, la verdad. En todo caso, martirizada por no poder probar el ajo de matadero o por olvidar en casa el suavizante anti encrespamiento, pero yo por más que la miro no la veo subyugada y no la miro más, leche, que me apunto de cabeza al Pronokal. Es una pena, mecachis, que las misses de ahora ya no sean como las de antes. Las de antes no sabían dónde estaba Rusia y ahora son malvadas terroristas con el eje del mal situado en la poitrine. Hasta hace muy pocos años no era obligatorio registrar la religión de la participante, porque bastaba con un metro y un señor tomando medida a las caderas de la gachí, pero ahora manda el apriorismo, señores. Como en todos sitios. Qué latazo más grande.
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