Grecia
En el vacío
Zapatero no hará reformas ahora, pero tampoco dejará que otros las hagan
Los dos salieron como tenían previsto sin moverse de sus respectivos ladrillos. Zapatero quería una foto, y la tuvo, pero Rajoy le negó la comparecencia conjunta que en Moncloa deseaban. Los dos recelosos, con discursos cruzados bajo la manga. ¿Cómo iban a llegar a un pacto si el presidente se niega a hacer ajustes drásticos del déficit y el líder de la oposición considera ésta una tarea urgente? Así las cosas, mejor que no haya acuerdos, para que la política pasiva de Zapatero tenga otra alternativa.Por esta razón, Rajoy no puede apoyar ciegamente a Zapatero. Los españoles tienen derecho a pensar y a esperar que, con otro presidente, se adoptarían medidas en la dirección que marca la lógica, y Europa. Los socialistas veteranos, encabezados por González y Solchaga, están espantados con lo que está pasando, o mejor dicho, no pasando. Hasta los ciudadanos votan aplastantemente en las encuestas que realizan los medios, por la adopción de medidas urgentes para salir de la parálisis.Así las cosas, lo que nos queda por venir es una gran tragedia griega. Solo. Zapatero y sus asesores consideran que de esta crisis saldremos sin hacer nada. El resto opina que la parálisis nos llevará al abismo. Rajoy se ha guardado el discurso que ha tenido que pronunciar esta semana el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, medio año después de alcanzar el poder: «Fuimos los primeros en hablar de la crisis... Sin embargo, ningún ciudadano de Grecia pudo haberse imaginado la magnitud de la deuda y el déficit que el anterior Gobierno había provocado y ocultado hasta su salida del poder... En octubre de 2009 (cuando Papandreu ganó las elecciones) nadie nos escuchaba, nadie nos creía... Ahora estamos recuperando la credibilidad internacional, porque sin credibilidad estaríamos en un vacío, luchando solos, abandonados a nuestra suerte con nuestras deudas, solos frente a frente con los prestamistas y los especuladores... Los ciudadanos van a tener que soportar grandes y dolorosos sacrificios pero la alternativa constituiría una catástrofe y un sufrimiento aún mayor para todos, la quiebra de Grecia».Para ese día, para cuando Mariano Rajoy tenga que pronunciar este dramático discurso de grandes ajustes, sustituyendo sólo las fechas y las palabras de Grecia por España, el PSOE estará en la oposición, pero también en la calle. Zapatero no hará reformas ahora pero tampoco dejará que otros las hagan. Al PP le espera la copa amarga de la crisis, los duros ajustes y, por si fuera poco, le esperan las algaradas, la izquierda en la calle y los sindicatos en huelga general y quien sabe si la quema de bancos. Cada vez cobra más cuerpo que Zapatero no se presentará a las próximas elecciones. A él, preocupado ya por como pasará a la Historia, no le harán los sindicatos una huelga general pero, la Historia no le absolverá. Porque, lo que aún no contempla es que su inacción nos llevará al desastre, también al suyo. Como todos sus predecesores, todo apunta a que Zapatero también saldrá mal de Moncloa. Parece una maldición bíblica...
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