Guerra en Ucrania

Agua Prieta: el primer disparo de la guerra

El 27 de febrero de 2007 fue asesinado en la puerta de su propia comisaría Ramón «Tacho» Verdugo, el jefe de la Policía de Agua Prieta, una ciudad anodina de Sonora, de las tantas que hacen frontera con Arizona.

Dos mexicanos caminan a lo largo de la frontera entre EEuu y México, en Agua Prieta, estado mexicano de Sonora
Dos mexicanos caminan a lo largo de la frontera entre EEuu y México, en Agua Prieta, estado mexicano de Sonoralarazon

Madrid- Dos meses después, en abril, un grupo de sicarios secuestró al reportero del «diario de Agua Prieta» Saúl Martínez. Les cuento lo básico: se sintió en peligro y acudió a pedir ayuda a la comisaría. El guardia de puertas no le abrió. Allí mismo quedó su camioneta. El cadáver de Saúl, muerto a palos, se halló unas semanas después en un vieja pista apache, cerca de la divisoria de Chihuahua.

Y al mes siguiente, mayo, en la vecina Cananea, ciudad minera de resonancias revolucionarias, también en Sonora, una expedición de sicarios abordo de 15 furgonetas blindadas, y con armamento pesado, hizo una razia nocturna: se llevaron a siete policías municipales y a dos civiles, pequeños narcos locales. Buscaban al jefe de la comisaría, compadre y socio de «Tacho» Verdugo, pero había conseguido esconderse. Los cadáveres de sus hombres y de los «camellos» jalonaron el camino de huida de los sicarios. No les fue bien: quince de ellos fueron muertos en un enfrentamiento posterior por las quebradas de la Sierra Madre.

Ahora sabemos que «Tacho» Verdugo era una de las fuguras prominentes del narcotráfico. Que controlaba con mano férrea su territorio, pero que tuvo que elegir bando cuando el cártel del Golfo y el de Juárez rompieron relaciones. Y ahí empezó la gran desbandada de policías y las matanzas en serie.

Con lo de «Tacho» se había abierto un abceso purulento. Y la aparente tranquilidad de la sumisa Sonora saltó en pedazos. Fue el «primer disparo» en serio de la guerra.