Irlanda
Zapatero despliega todo su arsenal para calmar los mercados tras una semana negra
Descarta «absolutamente» el rescate de España. Salgado apela a la transparencia para recuperar la confianza
El Gobierno desplegó ayer todo su arsenal para transmitir un mensaje de tranquilidad a los mercados en un intento de evitar que se ceben con España y la fuercen a seguir los pasos de Irlanda. Tras una semana negra que concluye con una prima de riesgo de 247 puntos básicos, el primero en mover ficha fue el propio jefe del Ejecutivo. En los micrófonos de Rac 1, descartó «absolutamente» que nuestro país necesite un plan de rescate al estilo y semejanza del de Irlanda. Como botón de muestra, resaltó que la deuda española se sitúa 20 puntos por debajo de la media europea antes, durante y después de la crisis. De esta manera, enfatizó sobre la resistencia demostrada por la misma.
José Luis Rodríguez Zapatero aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje de advertencia a los inversores y a los analistas, que cuestionan a España en busca de ganancias a corto plazo. «Se van a equivocar», alertó, como ocurrió en mayo y junio, cuando no obtuvieron los beneficios que esperaban. Para que nadie se llame a engaño, acto seguido, aclaró que España no emulará a otros países, como Irlanda, con despidos masivos de sus empleados públicos.
A media mañana, entró en escena el subgobernador del Banco de España. Javier Aríztegui advirtió de que en el momento actual el sistema financiero español debe «consolidar los avances» de su transformación y seguir usando la transparencia como «principal instrumento para mostrar a los inversores la solidez del sistema».
Horas más tarde, profundizó en esta idea la vicepresidenta segunda, en un comparecencia decidida a última hora para acallar rumores sobre el futuro del país. En principio, sólo estaba previsto que informara a la Prensa el portavoz del Gobierno, pero a las 13:00 horas se comunicó que también lo haría Elena Salgado, quien presentó al Consejo de Ministros un informe sobre la situación económica. La titular de Economía apeló a la transparencia como la mejor arma para combatir a los especuladores y recuperar la confianza sobre la economía española. «No hay mejor manera de construir la confianza y asegurar nuestra credibilidad que dando información veraz», avisó. Por eso anunció una reunión de la entidad emisora con las asociaciones bancarias más representativas para acordar los formatos técnicos de la información extra que facilitarán bancos y cajas acerca de sus activos deteriorados (las carteras de promoción y construcción y la hipotecaria residencial).
Salgado rehusó valorar los preparativos del BCE para comprar deuda española y calmar, así, a los mercados con la excusa de no entrometerse en su independencia. Eso sí, aclaró que el Estado sólo necesitará emitir 45.000 millones de deuda en 2011, gracias a los recursos extras que obtendrá de los fondos de adquisición de activos. Además, descartó nuevos ajustes, porque «cumplimos con nuestros objetivos». Eso sí, si se desvían adoptará las medidas oportunas.
El choque de Almunia
Las dudas expresadas por el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, sobre España han provocado un choque frontal con su jefe de filas, José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer demandaba una explicación al responsable de Competencia de la UE. Esta aclaración se produjo horas después por boca de su portavoz, Amelia Torres. Aunque el Gobierno español la dio por buena, Almunia se ratificó en sus declaraciones de que hay dudas sobre España en los mercados que el Gobierno debe despejar cuanto antes.
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