Literatura

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Valente una radiografía intelectual

No es el diario de una cronología vital, de un paisaje biográfico, sino el retrato de un andamiaje intelectual. El proceso de construcción de un conocimiento, porque no existe en esta vida un solo ángulo, sino varios, diferentes, tantos como miradas distintas haya. «Diario anónimo» (Galaxia Gutenberg), de José Ángel Valente, puede ofrecer la arista morbosa que los lectores buscan en los cuadernos privados de los escritores

Este material inédito lo custodiaba Coral Gutiérrez, compañera del escritor. Los había guardado durante un decenio, totalmente aparte del legado que Valente dejó al fallecer. Su arco es amplio y abarca desde el año 1959 hasta 2000, cuando murió el escrito
Este material inédito lo custodiaba Coral Gutiérrez, compañera del escritor. Los había guardado durante un decenio, totalmente aparte del legado que Valente dejó al fallecer. Su arco es amplio y abarca desde el año 1959 hasta 2000, cuando murió el escritolarazon

Pero el atractivo proviene de toda esa anotación de frases, autores, ideas, aforismos y sentencias que va mostrando el proceso de formación de un poema o un ensayo. «Por supuesto que existe ese mundo de confesiones.

Hay declaraciones de amor muy bellas, momentos dramáticos, como el de la muerte de su hijo. Es legítimo que se busque eso. Sucede en todos los autores de este género, como Cesare Pavese o Virginia Woolf. Existen esos momentos de intimidad», sostiene Andrés Sánchez Robayna, que se ha encargado de limpiar, cuidar y prologar la edición. Pero estos datos es la epidermis de un volumen que posee una mayor trascendencia y hondura. Que persigue radiografiar, a través del puño y letra del mismo poeta, los senderos de su reflexión. «Es lo que de verdad impacta. Esta dimensión tan literaria y profunda. Es el testimonio de una evolución de su pensamiento crítico».

Sus páginas están repletas de apuntaciones, subrayados y volcados. Por esos fragmentos puede rastrearse la biblioteca que el escritor consultaba, los autores en los que concentraba su atención y de los que extraía el material esencial para levantar su obra ensayística. Atendía estas lectores en lenguas vernáculas, dejando rastros de griego, latín, inglés en sus páginas, desarrollando así el friso políglota de un Valente que siempre abordaba la palabra desde sus raíces poéticas. «Es un gran intelectual. Estaba interesado en la sociología, la historia de la ciencia. Además se pueden consultar un gran número de citas propias que sostienen sus reflexiones. Es el Valente de los poemas y los ensayos, que va enriqueciendo sus ideas más íntimas. Sobre todo prevalecen las ideas de carácter literario. Hay todo un universo introspectivo. Es como ver la obra desde un taller. Ahí se encuentran, en estado naciente, sus poesía y sus ensayos». Las preocupaciones que mantenían alerta su conciencia eran diferentes. Pero sobresale una: la función de la palabra poética. «Qué significaba esta experiencia en el mundo actual, de hoy, era uno de los aspectos a los que daba vueltas. También la identidad, la impugnación del yo, la conciencia poética y sus procesos», comenta Robayna.


Diez años en secreto
Este material inédito lo custodiaba Coral Gutiérrez, compañera del escritor. Los había guardado durante un decenio, totalmente aparte del legado que Valente dejó al fallecer. Su arco es amplio y abarca desde el año 1959 hasta 2000, cuando murió el escritor. Son cuarenta años dedicados a las letras. En estas líneas está latente todo su imaginario literario, aunque él se refiriera a estas líneas de una manera inusual y bella: «Diario anónimo: papeles inéditos de personajes que probablemente no existen, pero que de algún modo debieran haber existido».


«DIARIO ANÓNIMO»
José Ángel Valente
GALAXIA GUTENBERG
367 páginas. 22,00 euros.