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Carlos Pujol muere la memoria del Premio Planeta
BREVE ANTOLOGÍA DEL AUTORComo lector Para el sello Backlist recomendó el rescate de «Grandes esperanzas», de Dickens; «Moll Flanders», de Daniel Defoe, o «El misterio del cuarto amarillo» de Leroux.Como traductor Pujol adaptó a la poesía romántica francesa, «Rojo y negro», de Stendhal; «Emma», de Jane Austen y parte de la producción de Emily Dickinson.Como ensayista En el terreno del ensayo destacan «Leer a Saint-Simon», «El espejo romántico», «Voltaire» y «Balzac y la comedia humana», entre otros.
Con Carlos Pujol desaparece uno de los nombres más destacados del mundo de las letras españolas. Autor de una considerable producción literaria en la que había espacio para la poesía, el ensayo y la narrativa, no hay que olvidar tampoco sus grandes trabajos como editor y traductor de clásicos, desde Dickens a Simenon, pasando por Joan Sales, Stendhal o sus muy admirados Balzac y Proust. Su nombre también ha estado ligado a diferentes premios literarios, como el Ramon Llull y, sobre todo, el Planeta, del que era secretario sin voto.
«Erudito y afable»
Íntimamente vinculado a este grupo editorial, su presidente, José Manuel Lara Bosch, declaró ayer que el fallecimiento de Pujol «representa la pérdida de un gran hombre de letras, un universalista muy respetado y apreciado por todos los que hemos tenido la oportunidad de trabajar cerca de él. Erudito, culto, afable, destacaba por su discreción y su humildad. Detrás de ella encontrábamos a un destacado editor literario y enciclopedista, un autor de una obra poética amplia y personalísima, un buen novelista, un excelente traductor de clásicos y un gran profesor».
El compromiso de Pujol era con y para la literatura, tanto como autor o traductor, pero sin olvidar su paso por las aulas. En este sentido, fue doctor en Filología Románica y hasta 1977 profesor de Literatura Francesa en la Universidad de Barcelona. Uno de sus alumnos, el escritor y periodista Valentí Puig, recuerda al autor como «un maestro absoluto, uno de los que más sabían de literatura. Como profesor era extraordinario, y recuerdo, por ejemplo, sus cursos de Proust. En aquella época el método más empleado era el marxista, pero él hablaba de libros sin tener que hacer referencias a la lucha de clases».
Carlos Pujol empezó su carrera literaria como ensayista con «Voltaire» (1973), título al que seguirían trabajos sobre la literatura de 1900, Balzac o los autores victorianos. En 2009, la editorial Backlist, de la que era asesor literario, recuperó su ensayo más destacado, «Leer a Saint-Simon». En todos esos títulos demostró un enorme conocimiento del oficio de escritor, algo que subrayó ayer Andrés Trapiello, otro de sus lectores incondicionales: «Para mí él era sobre todo un creador. Tradujo mucho y vivía por y para la literatura. Como novelista me parece uno de los más finos, sutiles y originales de la literatura del siglo XX. Pujol era bondadoso, alguien especial, de mucho talento. Siempre lo he visto como un ser enormemente sabio que tenía maestros como Balzac o Proust. Su obra estaba contaminada de todas esas obras que había leído. Me parece que es el autor más británico que hemos tenido en mucho tiempo», dijo Trapiello.
En el terreno de la poesía, sus versos han sido muy aplaudidos por la crítica desde que se dio a conocer como poeta con «Gian Lorenzo», aparecido en 1987. A este poemario siguieron más de una docena de títulos, algunos premiados como «Fragmentos del libro de Job». Tampoco se queda atrás su trayectoria como novelista, en la que sobresalen obras como «La sombra del tiempo», «La noche más lejana», «Los secretos de San Gervasio», «Dos historias romanas» Y «El teatro de la guerra». También deja el libro de cuentos «Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes».
Secretario sin voto
Pujol era también, desde 1972, una de las caras visibles del Premio Planeta como secretario sin voto del galardón mejor dotado de las letras españolas. Fue el encargado durante mucho tiempo de hacer de portavoz del jurado y daba algunas pistas sobre los temas que aparecían en los manuscritos presentados al premio. Su gran olfato como lector le permitió descubrir los títulos que han forjado el Planeta. Uno de sus compañeros del jurado y también ganador del mismo, Juan Eslava Galán, habló del compañero fallecido como «una bellísima persona, un verdadero caballero de la vieja escuela que me ha ayudado mucho. Era muy ponderado y en el Planeta demostraba saber juzgar el valor literario porque tenía un gran ‘‘background'' de lecturas de los clásicos. Sus consejos siempre nos resultaron valiosísimos».
En la actualidad, Carlos Pujol seguía trabajando por y para el bien de la literatura, especialmente desde el sello Backlist del Grupo Planeta, donde ejercía de asesor literario, e impulsaba la edición de, entre otros, «Grandes esperanzas», de Dickens; «Moll Flanders», de Daniel Defoe; o «Los miserables», de Victor Hugo, sin olvidar su gran edición de «Poetas románticos franceses», con versos de Vigny, Musset, Lamartine, Nerval, Gautier y Hugo, traducidos y anotados por el propio Pujol. El director editorial de esta editorial, Daniel Cladera, aseguraba que «nos asesoró en todo lo concerniente a literatura clásica, anterior al siglo XX; recomendó algunas ediciones –como la espléndida "El misterio del cuarto amarillo/El perfume de la Dama de Negro", de Gaston Leroux; confeccionó algún prólogo; cedió sus magníficas traducciones de los poetas románticos franceses, y aportó al catálogo la edición de su "Leer a Saint-Simon". Era uno de los nuestros. Su elegancia en el porte, su calidez en el trato y su inabarcable sabiduría siempre nos acompañarán».
«Ajeno a modas»
Por otra parte, su hijo apuntaba ayer a Efe que Carlos Pujol fue «un hombre con sentido de la independencia y la libertad que se mantuvo al margen de las modas y de los políticos». En este sentido, también explicó que «siempre estuvo muy influenciado por la novela francesa y anglosajona», destacando el papel de su padre como «una de las pocas personas que han difundido ambas literaturas, tanto como traductor como editor».
HABLAN SUS AMIGOS Y COMPAÑEROS
«Perdemos a un gran hombre de letras, muy respetado y apreciado por los que trabajamos cerca de él»
José Manuel Lara Bosch. Presidente del Grupo Planeta
«Era sensible, discreto y culto, que se correspondía a una forma de escribir ni presuntuosa ni grandilocuente»
Soledad Puértolas. Escritora
«Fue un creador. Vivía por y para la literatura. Es uno de los novelistas más sutiles del siglo XX»
Andrés Trapiello. Escritor
«Nunca quiso estar de moda. Poseía una enorme fidelidad, buscaba favorecer a la literatura»
Valentí Puig. Escritor y periodista
«Es uno de los grandes escritores españoles de las últimas décadas. Hombre culto, educado y generoso»
José Ángel Zapatero. Editor de Menoscuarto y Cálamo
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