Andalucía

Zapatero niega «bandazos» en su política social pese al tijeretazo

El presidente recalca al PSOE que hoy piensa en el interés de España y no en las elecciones. Asegura que no admite lecciones de «los que nunca se acordaron de los pensionistas» 

Zapatero asegura que el PSOE mantiene su identidad
Zapatero asegura que el PSOE mantiene su identidadlarazon

Paréntesis. Zapatero hizo ayer un alto en su agenda de Gobierno para tomar el pulso de las bases socialistas, tras el mayor recorte social de la democracia. No lo hacía desde el pasado mes de marzo con motivo del congreso extraordinario de Andalucía. Ayer, volvió al PSOE tras varios meses de ausencia. ¿Objetivo? Hacer pedagogía de las medidas de ajuste con las que piensa reducir el déficit y, de paso, insuflar ánimos en la desmoralizada militancia socialista. Y no se puede decir que los más de 2.000 alcaldes y concejales que se dieron cita en Elche salieran eufóricos tras escucharle ni derrocharan aplausos para con su líder, pero al menos se fueron con un prolijo argumentario con el que poder explicar en sus municipios el porqué del tijeretazo a pensionistas, funcionarios y dependientes. Contundencia, determinación y responsabilidad ante las adversas circunstancias, les dijo Zapatero, quien negó que en el recorte aprobado por el Gobierno haya improvisación, como tampoco la ha habido en ninguno de los Gobiernos europeos que han adoptado ajustes similares en el gasto público: «Ni cambios ni bandazos, respondemos a las circunstancias con responsabilidad, pensando en el futuro de España y no en ninguna convocatoria electoral»

 

Los recortes de hoy serán la estabilidad de mañana, vino a decir a los suyos. Fue el primero de varios mensajes que quiso enviar a las bases de un PSOE que en estas dos últimas semanas ha creído ver en el ajuste social el principio del fin de la era Zapatero. Pero si algo quiso dejar claro el presidente es que cuando uno está en el Gobierno ha de tomar decisiones difíciles y que él siempre lo ha hecho, desde el más profundo sentido de la responsabilidad, en favor del interés general. «Por eso –añadió– éste es el partido con más historia en España, el más responsable, el que más ha aportado a la construcción de la democracia y el que sabe estar ante todas las circunstancias. Hoy, más que nunca, pienso en el interés del país por encima de cualquier otro, incluso del de partido».

 

Defendió en todo caso la política social como seña de identidad del PSOE y por eso hizo un extenso recordatorio de las mejoras aprobadas durante sus seis años de Gobierno. Y fue en este contexto en el que dijo que no aceptará críticas de «injusticia» de aquellos que no se «acordaron ni se acordarán nunca de los pensionistas, los dependientes, las becas o las ayudas a la vivienda». La llamada era para la oposición, pero no para los sindicatos, a quienes advirtió de que la hoja de ruta es inamovible, aunque respetará «las protestas que vengan».

 

A unos y a otros pareció dirigirse cuando conminó: «Debemos decir que algunas de las críticas que se nos formulan no son justas con el PSOE. ¿Por qué? Porque podemos decir con humildad, pero también con orgullo, que desde 2004 hemos hecho una gran política social y logrado grandes avances en el Estado del Bienestar», animó a la militancia antes de ofrecerle un dato con el que contrarrestar las andanadas. El recorte aprobado, recalcó, sólo representa un 1,5 por ciento del total del gasto social, que el PSOE ha incrementado en un 50 por ciento desde 2004. Un dato y dos reflexiones. Una, que en todas las medidas aprobadas «está incorporado el criterio de la equidad». Y dos, que «no podemos pedir más esfuerzo a aquellos que menos posibilidades tienen. El esfuerzo hay que pedírselo a quienes más posibilidades tienen, y así lo haremos». El «así lo haremos» puede que tenga que ver con la subida de impuestos para los «ricos» que le demanda el PSOE, pero él en ningún caso hizo mención a ello.

 

Sí se refirió, por el contrario, a los más de 4, 5 millones de parados para decirles que son su responsabilidad, que se siente cerca de ellos y que la reforma laboral en la que trabajan sindicatos, empresarios y Gobierno es «la gran tarea de los próximos días y próximas semanas en la que está volcado el Gobierno para lograr un buen acuerdo».

 

Zapatero acabó su arenga igual que empezó, con una apelación al convencimiento y determinación con que, defendió, «hay que asumir con responsabilidad los momentos difíciles». Lo dicho: los ajustes de hoy serán la estabilidad de mañana.

ETA, EN SU DECLIVE FINALSe ha dicho mucho en estas semanas que los peores momento de Zapatero en sus seis años de Gobierno han sido el día en que anunció el recorte social en el Congreso y aquel 30 de diciembre en que ETA quebró con un atentado en Barajas sus esperanzas de ver el final de la banda. Y quienes así lo han apuntado no iban desencaminados, pues ayer el presidente quiso contraponer de algún modo ésta y aquella circunstancia nada más empezar el mitin. Lo hizo felicitándose del golpe que esta semana han dado las Fuerzas de Seguridad del Estado a la cabeza política de la banda, un golpe que calificó de «determinante en su declive final» y que es fruto de la «tenacidad y el esfuerzo de mucha gente y de la voluntad y el empeño de las fuerzas políticas y del Gobierno». Igual que en la anterior Legislatura, recordó, la gente «me daba apoyo, me lo da hoy», pese al tijeretazo. Conclusión: si atendemos a los antecedentes, Zapatero cree que también sale de ésta.