La Gioconda gemela eclipsada por el chauvinismo francés

No están frente a frente, pero lo suficientemente cerca para intercambiar pareceres. Y para que el visitante del Louvre pueda asistir 500 años después de haber salido del mismo taller al reencuentro entre «La Gioconda» de Leonardo da Vinci, y su gemela de El Prado. Cuando el museo francés pidió a la pinacoteca madrileña que restaurara la réplica para una exposición sobre la «Santa Ana» del pintor florentino, no esperaba descubrir una copia tan trascendental. Ni tampoco que pudiera eclipsar la atención de su hermana «mayor». El impresionante impacto que ha tenido el descubrimiento del lienzo en España no se ha traducido de igual manera en Francia, quizá para no minimizar el hecho de poder ver restaurada y en todo su esplendor la «Santa Ana». «Le Figaro» hablaba estos días de la muestra del Louvre pasando de puntillas por la gemela de El Prado: ni una alusión, mientras ayer, los medios internacionales fotografiaban una y otra vez a su hermana gemela de El Prado.

Ahora hay que ver cómo a partir de mañana reacciona el público. De hecho, las primeras voces contra el lienzo redescubierto de Leonardo parece haber levantado alguna que otra ampolla en el universo leonardista. Si hay unanimidad a la hora de admitir que la réplica es un cuadro «honesto» pero carece de la magia, el misterio y la gracia que el lienzo del maestro, los hay que critican, no sin cierto desdén, su «mediocridad». «La técnica es poco sutil y no tiene nada que ver con el famoso ‘‘sfumato'' que se observa en Leonardo», afirma el historiador galo, Jacques Franck. Para Vincent Dieulevin, comisario de la muestra en la que ambas «Mona Lisa» se han convertido en la principal atracción, «esta versión del taller es como una fotografía de un estado intermedio de "La Gioconda". Sin embargo, el cara a cara no va a tener lugar. Por medidas de seguridad y porque no es el objeto de la exposición, que quiere poner de relieve el grado de maestría de Da Vinci .