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«Cada español es un juez agrio y duro»

Santiago RamosProfesión: actor.Nació: en 1949 en Boadilla (Salamanca).Por qué está aquí: protagoniza «La fiesta de los jueces» en los Teatros del Canal (Madrid).

«Cada español es un juez agrio y duro»
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-En «La fiesta de los jueces» hace de juez prevaricador. Antes, en «Noviembre», hizo de presidente corrupto. ¿Le van los malos?
-Un poco. Lo que pasa es que hay más malos que buenos.

-¿Lo malo de los buenos es que se parecen demasiado a los malos?
-Son casi iguales. Hay buenos que son pesadísimos, intensos y molestos.

-La obra es muy crítica con el poder judicial. ¿Lo merece?
-Los partidos políticos han convertido la justicia en un campo de batalla. La han politizado. Todos merecemos crítica.

-¿Qué cara hay que poner para el papel de juez prevaricador?
-Hay que poner la mirada torva, desconfiada, del que dice «voy a ver por dónde te la cuelo».

-Una vez salió escrito en el BOE «el joder judicial» en vez del poder judicial...
-Ja, ja, ja. A veces las erratas mejoran los textos. Pero los jueces son un fiel reflejo de esta sociedad, de nuestra acritud y violencia. Somos un país eternamente aspirante a la normalidad.

-¿Le gustaría ser juez?
-No. Estudié Derecho dos años y luego me torcí: me hice actor.

-Aquí parece que cada uno es un juez, un presidente, un seleccionador...
-Sobre todo un seleccionador. Cada español es un juez agrio y duro.

-¿Le llamó la atención la sentencia del Estatut?
-No la he entendido. Me siento incómodo ante los nacionalismos.

-¿Formaría parte de un jurado popular?
-Pondría cualquier disculpa para no ir. No quiero ser ni presidente de la comunidad de vecinos. Soy un irresponsable tirando a bandido. Sólo me gustan los juicios en el teatro y en el cine.

-No sé si preferiría estar en el banquillo antes que en el estrado...
-Elijo el banquillo, sí. Prefiero ser víctima antes que verdugo.

-¿Y entre fundar un banco o atracarlo, qué elige?
-Me tira más atracarlo. Pero es inútil: ahora las cajas están vacías.

-Está de moda prohibir. ¿Qué prohibiría usted?
-Las prohibiciones.

-¿Qué siente ante un juez: respeto, miedo...?
-Comparecí una vez por un accidente de moto y me pegó tales gritos que me dejó helado. Me sentí indefenso.

-Aquello de Camus: «Entre la justicia y mi madre, elijo a mi madre».
-Yo también me quedo con mi madre.

-Y Andreíta, creo.