La sombra vendo

Hay muchos que quieren vender la sombra antes de que exista corrida. Me refiero, como no, al «Caso Urdangarin», de aquí al sábado se venderán todas las localidades mediáticas, las de sombra y las de sol. Este tema tiene en las revistas de los miércoles grandes espacios. Comentarios, fotos, carreras, declaraciones y sobre todo muchas elucubraciones. Aparecen noticias desde el mismísimo órgano del poder judicial, que habla de juicio social y mediático, hasta la condena de 16 años que piden algunos que se declaran expertos en las tertulias televisivas. Resulta chocante que un sujeto que mata a una menor, que según sus propias declaraciones la violó y que posteriormente la hizo desaparecer, haya sido condenado a 7 años. Mientras que como decía anteriormente algunos afirman que por menos de 16 años a la sombra lo de Urdangarin será una especie de tongo judicial. El martes en «Espejo público» se comentaba en el coloquio que resultaba igualmente chocante, que se hubiese pagado por parte del gobierno balear 1,2 millones de euros por la organización de un congreso. A mi también, no hay delito en pedir lo que cada uno crea conveniente por su trabajo, el problema legal puede venir si no se declara ese ingreso o no se pagan los impuestos correspondientes. Los que pueden caer en prevaricación son los servidores públicos, que sin el oportuno concurso, pagan una cantidad mas alta de lo razonable en el mercado. Les ponía a mis compañeros como ejemplo chocante (otra vez la palabreja) que Rafael Nadal ha recibido de TVE un millón de euros por hacer las primeras declaraciones después de los grandes trofeos a la citada cadena. Como también entra en el catalogo de rarezas que fiscalmente el tenista, tribute en el País Vasco para ahorrarse un buen dinero, porque todo el mundo sabe que él vive en Bilbao y no en Mallorca. Rarezas económicas como estas hay muchas en la actual sociedad española y entran más en el campo de lo deshonesto que en lo que se refiere a los juzgados. De cualquier forma, reitero que lo prudente es esperar y que el juez decida como bien ha insistido el Rey.