Ayala exige la dimisión de Blanco si no logra que el Corredor llegue a Algeciras

Murcia- El Corredor Mediterráneo mantiene ojo avizor a toda la clase política de la zona del levante español ante la posibilidad que tomó forma el pasado jueves de que la Unión Europea (UE) incluya el proyecto en base a dos tramos: Uno de Algeciras hasta Madrid y otro saliente de Valencia para desembocar en la frontera francesa en Perpignan después de atravesar por la costa las provincias de Tarragona y Barcelona. De esta manera, las ciudades de Alicante, Murcia, Almería, Granada y Málaga quedarían excluidas de esta ambiciosa infraestructura que está llamada a articular el transportes de mercancías desde el sur al norte de Europa en las próximas décadas.
Por el momento, lo cierto es que la Comisión Europea ha preseleccionado el Corredor Mediterráneo para incluirlo como eje prioritario dentro de la Red Central Transeuropea, pero también lo es que el itinerario del proyecto que se maneja en Bruselas no contempla el recorrido completo por el litoral español hasta Algeciras y pone su destino en Valencia o con mucho en Cartagena.
Aunque la resolución definitiva se conocerá en el próximo mes de septiembre, el diputado del Partido Popular en el Congreso de los Diputados y portavoz de la formación en materia de Fomento e Infraestructuras, Andrés Ayala, declaró ayer a LA RAZÓN que «la semana que viene la Dirección General de Transportes remitirá un informe al Parlamento Europeo sobre la ruta definitiva del Corredor». El popular insistió en que resultará muy difícil variar lo que dictamine el escrito que llegue al Parlamento, por esto, instó al ministro de Fomento del Gobierno de España, José Blanco, a que marche a la UE para lograr que el tramo del Corredor Mediterráneo recorra las comunidades de Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía hasta llegar a la localidad de Algeciras.
Sobre la reunión que mantendrá el próximo 19 de julio el ministro Blanco con los responsables de infraestructuras de las cuatro comunidades españolas afectadas por la merma en el recorrido del Corredor, Ayala apuntó que no se trata de nada más allá que «puro fuego de artificio» porque, a juicio del dirigente popular, lo que debe hacer Blanco es «trasladar su vivienda a Bruselas hasta que solucione el problema». Además, en relación a la excusa que puso el responsable de Fomento sobre la no inclusión del Corredor hasta Algeciras (que la UE no manejaba unos documentos correctos y que éstos los remitiría el Gobierno en breve a Bruselas), Ayala consideró que se trata de una nueva maniobra de «maquillaje» del Gobierno socialista porque «si esto es cierto significa que el Ejecutivo central no ha hecho bien su trabajo porque llevamos hablando del Corredor Mediterráneo desde el año 2007 y si ahora resulta que la UE no tiene los documentos adecuados lo que debe hacer Blanco es dimitir automáticamente porque no está haciendo una labor seria».
Desenvolviéndonos en el peor de los escenarios posibles, esto es, que el Corredor termine por no respetar su tramo por el Mediterráneo español, Ayala afirmó que «estaríamos en desigualdad de condiciones otra vez más porque seríamos ciudadanos de tercera categoría al impedirse que nuestros productos se desplacen hasta el norte de Europa». Además, apuntó que el proyecto solo «tiene sentido si une a todos los puertos del Mediterráneo para que pueda desempeñar una función de intermodalidad».
Al margen de la exigencia de depuración de responsabilidades y de analizar lo pernicioso que puede resultar para la Región no estar en el Corredor, el portavoz de Fomento del PP entiende que si la infraestructura no llega finalmente hasta Algeciras desde Cataluña se incurriría en «un error que pondría en entredicho a la UE y su concepto de movilidad europea que defiende la institución. Asimismo, Ayala apuntó que si el proyecto se corta en Valencia se pone de manifiesto «un total desconocimiento y desprecio por parte de la UE de lo que significa la economía española y el peso específico que tiene el Mediterráneo en el contexto europeo». Por lo tanto, desde el PP se tiene el convencimiento de que el trazado que fue preseleccionado por la Comisión Europea va a suponer un importante paso atrás para el diseño de crecimiento que tanto se anhela para lograr la superación de la actual crisis.
En la Región se espera entre cantos de esperanza la llegada del Corredor Mediterráneo porque puede conllevar un importante espaldarazo a proyectos futuros como la llegada del AVE y la construcción del macropuerto del Gorguel. La decisión está en el aire y la tensión al máximo de potencia.