Roma
«Arrivederci Roma»
Esto era una carrera de seis que antes de ponerse en los tacos se queda con cinco. La candidatura de Roma se borra de la lucha por los Juegos Olímpicos de 2020 por cuestiones económicas y deja a Madrid frente a cuatro: Bakú; seguramente cenicienta y la más folclórica. Si esto tuviera alguna lógica debería caer el 23 de mayo en Québec. Pero si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta. Luego Doha; tiene que poner aire acondicionado al país entero para que los atletas compitan sin caer como moscas en septiembre/octubre a 40 grados, aunque el COI ya le está poniendo ojitos al anillo negro que le falta para cumplir con sus deudas históricas con África. Madrid es más africana que Doha, pero si hace falta se puede retorcer el mapamundi para saldar hipotecas. Tokio está donde estaba: impecable, sin una arruga, con Fukushima; si lo juegan bien será hasta una baza. Y Estambul: eterna aspirante a ser Europa que espera del COI lo que no consigue de la Unión. Cariño.
Frente a todas, menos Roma, está Madrid; aquí repetimos como un mantra lo de «tenemos el 80 por ciento de las infraestructuras construidas». Y al final igual es más crucial de lo que nos pensamos. Roma se queda en el camino no porque el logo de «Madrid 20.020» les haya comido la moral; se queda porque con su situación económica actual no se podía permitir empezar una carrera que en nuestro caso ya está lanzada. Sería más caro dejar de intentarlo que conseguirlo. En esas estamos: una menos. «¡Arrivederci Roma!»
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