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El juicio de Camps será más largo que el del asesino de Marta
El «caso de los trajes» lleva un mes en marcha. 22 sesiones, algunas de más de nueve horas de duración y otras de menos de tres. Así de variable es el día a día de este juicio que ya ha costado más de 400.000 euros a los españoles.
VALENCIA- Tres fiscales y una acusación popular, ejercida por los socialistas valencianos, participan diariamente en el juicio. La causa consta de 19.000 folios divididos en 56 tomos y se ha citado a 78 testigos a declarar para que el jurado popular tenga todos los elementos necesarios para determinar la culpabilidad o inocencia del ex presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y del ex secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa. Se les imputa un delito de cohecho impropio pasivo por haber recibido supuestamente prendas de la «trama Gürtel» de dos establecimientos de Madrid por valor de 14.021 euros (a Camps) y de 7.325 euros (a Costa). La Fiscalía pide para ellos una multa de 41.250 euros. En ningún caso se contempla la inhabilitación para ejercer un cargo público.
La duración de este juicio todavía es una incógnita. Mañana, la Fiscalía continuará exhibiendo al jurado documentos de la causa, la mayoría de ellos, (aunque resultaría poco arriesgado decir todos), ya se han expuesto para apoyar la declaración de los testigos. Los plazos no se pueden prever con precisión, pero todo apunta a que el juicio se puede prolongar toda la semana. Para entonces, se habrán cumplido 27 sesiones.
Su duración contrasta con la de otros juicios no sólo más mediáticos, sino en los que se han juzgado delitos de sangre. En el caso de Marta del Castillo comparecieron 90 testigos y 15 peritos, más que en el «caso de los trajes», pero se celebraron 19 sesiones. Suficientes para condenar a Miguel Carcaño a 20 años de prisión.
También 22 días duró el juicio por el asesinato de Rocío Wanninkhof. La condenada, Dolores Vázquez, cumplió 17 meses de cárcel y finalmente fue absuelta tras detener a un ciudadano británico como autor del asesinato. El caso de los trajes lleva camino incluso de superar el del cabecilla de ETA, Mikel Antza y su compañera sentimental María Soledad Iparraguirre. Se prolongó durante 25 días y en la misma vista también se juzgó, en el Tribunal de lo Criminal en París, a otras siete personas por pertenencia o colaboración con banda armada.
Tres fiscales
También gana el «caso de los trajes» en número de fiscales. Ni siquiera el «caso Parot» mereció la presencia de tres. Hay que buscar juicios como el del los atentados del 11-M para encontrar la participación de cuatro fiscales.
El juicio se ha ido alargando, y con él, los costes del mismo. Los 406.975 euros a los que ya asciende el montante global se obtienen de la suma aproximada de lo que costó la instrucción, iniciada por el juez Baltasar Garzón, y el procedimiento aún en marcha.
Por ejemplo, en las dietas de los testigos se han gastado 8.800 euros. Algunos de ellos, como el sastre José Tomás, tuvieron que pasar la noche incomunicados porque su declaración se interrumpió pasadas las ocho de la noche. Además, la mayoría viene desde Madrid, dado que el grueso de las empresas de la «trama Gürtel» operaba en la capital. Otros muchos pasaron días esperando su turno.
Los cálculos están realizados siguiendo las cantidades que marca la ley. A los testigos se les abonará un máximo de 25 euros en conceptos de dieta y otros 45 en gastos de hotel. Contempla diferentes posibilidades en desplazamiento, pero el modo más utilizado en el caso del de Valencia, ha sido el AVE.
Los testigos que también están imputados, como Francisco Correa o Pablo Crespo todavía resultan más costosos, ya que hay que añadir el coste de los funcionarios que deben encargarse de ellos y en el caso de Correa, la ambulancia que le transporta, pues el furgón le da claustrofobia. Su presencia ante la Sala costó unos 1.600 euros. Su testimonio se podía haber prestado por videoconferencia.
También hay que contabilizar las dietas de las dos fiscales. Miriam Segura y Concepción Sabadell. Ambas duermen en Valencia de martes a jueves. Sus gastos y el hecho de que lleven dedicadas a este asunto 26 meses, cuestan al erario 130.160 euros. A su lado, y sin pronunciar palabra se sienta cada día el fiscal anticorrupción de Valencia, Jesús Carrasco. Su sueldo es de unos 5.000 euros al mes. A este grupo de gastos también puede añadirse el tiempo empleado por Climent.
Resulta imprescindible remarcar el coste del jurado. Cada día se les paga una media de 70 euros, entre dietas y retribuciones. Hay once miembros (dos suplentes) por lo que hasta ahora se han gastado 16.940 euros.
A estas cifras todavía hay que sumar lo que ha costado la instrucción realizada por Garzón. La prolongada investigación, los funcionarios con dedicación exclusiva durante meses, sus informes e incluso el papel utilizado supondrían un coste de unos 242.000 euros.
LA LUPA
El «pacto de la cacería»
Baltasar Garzón
Juzgado por prevaricación. El instructor del caso se sienta el próximo martes en el banquillo del Tribunal Supremo por prevaricación por ordenar grabar en prisión las conversaciones de tres de los principales procesados del «caso Gürtel» con sus abogados. El día 25 comienza un segundo juicio contra él para dilucidar si instruyó la causa del franquismo sin ser competente.
Fernández Bermejo
Polémica dimisión. El ex ministro de Justicia se vio obligado a abandonar el cargo precipitadamente al salir a la luz pública la cacería en la que participó junto al juez Garzón cuando el magistrado estaba instruyendo el «caso Gürtel» en la Audiencia Nacional. Las fotos de la batida del ministro y el magistrado encendieron la polémica y al final le costó el puesto.
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