Europa

Bruselas

Del pleno empleo a la cola de Europa

Zapatero se despide con casi cinco millones de parados y advierte de que la presión de los mercados continuará

DESCARGUE EL GRÁFICO COMPLETO EN «CONTENIDOS RELACIONADOS»
DESCARGUE EL GRÁFICO COMPLETO EN «CONTENIDOS RELACIONADOS»larazon

MADRID- Aunque el presidente del Gobierno no se permitió ayer ni un minuto para la añoranza, la realidad es que deja a España inmersa en una de las peores crisis económicas que se recuerdan, con casi cinco millones de parados. Lejos quedan ya los comienzos de su primer mandato, en el que colocó al frente del grupo parlamentario socialista a Alfredo Pérez Rubalcaba, cómplice y copartícipe todos estos años de su política. El inicio de su segunda legislatura no fue peor, aunque los nubarrones económicos ya se divisaban en el horizonte, después de años de bonanza y de haber heredado un país con una tasa de paro del 8% y, por ende, cercana al pleno empleo. Pese a ello, negó la evidencia y se deshizo de Pedro Solbes, el hombre que puso los mimbres de la recuperación en la anterior crisis, según reconoce el propio Rodrigo Rato.

Pero la recesión le despertó de un zarpazo y le hizo abandonar su optimismo antropológico. En una cuneta se quedaron sus compromisos de izquierdas. Forzado por Bruselas, José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado en mayo del año pasado a acometer un ajuste social sin precedentes en la historia democrática española.

Elena Salgado, arropada por Rubalcaba hasta la Vicepresidencia económica, diseñó el plan destinado a reducir el déficit público. De un plumazo, voló por los aires el Pacto de Toledo, con una congelación este año de las nóminas de los pensionistas. Además, recortó el sueldo de los funcionarios una media del 5%. La semana pasada, el Congreso de los Diputados bendijo una nueva vuelta de tuerca en las futuras pensiones, al aprobar la reforma del sistema, que consagra un endurecimiento en el acceso a la prestación.

Pero ajuste tras ajuste, el Gobierno ha sido incapaz de llevar la calma a los mercados. De hecho, España, afectada por la onda expansiva de Grecia, sigue en su punto de mira. Por eso, en un intento de «proyectar certidumbre política y económica», el presidente se vió ayer forzado por la crisis a anunciar con 60 días de antelación su decisión de adelantar los comicios generales al histórico 20 de noviembre.

Zapatero eligió para desvelar la noticia electoral una jornada negra para la economía española. A la amenaza de Moody's de rebajar la calificación del Reino de España, se le sumó durante la jornada una prima de riesgo sin freno, que se situó en 350 puntos básicos. El único dato positivo del día corrió ayer a cargo de la Encuesta de Población activa (EPA) del segundo trimestre del año, que «indica un cambio de tendencia», con una reducción de la tasa de paro de cuatro décimas. Sin embargo, la incógnita a despejar en los próximos días será si el anuncio de convocatoria electoral calmará o no a los mercados, como pretende el presidente. De momento, Zapatero no las tiene todas consigo. De hecho, no ocultó ayer que la tensión en los mercados se prolongará en agosto.

Ante esta situación, el jefe del Ejecutivo se forzó por transmitir que España está por el buen camino. Como botón de muestra, el Instituto Nacional de Estadística desvelará el próximo 18 de agosto que la economía española mantuvo en el segundo trimestre del año un crecimiento moderado por séptimo trimestre consecutivo, frente a alzas del PIB superiores al 4% en la primera legislatura de Zapatero.

Por si fuera poco, las cuentas públicas amenazan con dar al traste a todos los esfuerzos realizados por el Gobierno para meter en cintura a la economía. Del superávit que registraban en 2004 han pasado a un desfase del 9,1% del PIB en 2010. En estos momentos, diferentes gobiernos autonómicos avisan de la asfixia que viven. De hecho, amagan con devolver al Estado competencias, como sanidad y educación. Incluso algunas comunidades, como Cataluña y Castilla-La Mancha, no cumplirán este año el objetivo de déficit impuesto. De ahí que Moody's alerte de su intención de rebajar la calificación española. Ante esta situación, Salgado fue incapaz el miércoles pasado de aunar las voluntades de los gobiernos autonómicos para imponer la misma regla de gasto que aplica el Estado.

Por eso, para evitar que el déficit público supere este año el 6%, Zapatero se despedirá de La Moncloa con una vuelta de tuerca. El Consejo de Ministros del próximo 19 de agosto dará luz verde a un nuevo decreto ley, que probablemente incluya un alza de impuesto con un retoque del de Sociedades. No obstante, Zapatero rehusó ayer desvelar si subirá o no los tributos. Lo único que puntualizó es que el decreto incluirá una reforma del Impuesto de Sociedades. ¿Será suficiente este nuevo ajuste para alejar el fantasma del rescate? El tiempo lo dirá.


Demasiados días negros
- Mayo de 2010
El Gobierno anuncia la aprobación de un decreto ley para acometer el mayor recorte social de la historia democrática española: congela pensiones y recorta el sueldo de funcionarios.
- Septiembre de 2010
Los sindicatos salieron a la calle y convocaron una huelga general contra el decretazo del Gobierno y la reforma laboral que abarató el coste del despido en España.
- Febrero de 2011
El Gobierno y los sindicatos llegan a un acuerdo social y económico, que incluye la reforma de la negociación colectiva y los cambios del sistema público de pensiones.
- Junio de 2011
El Ejecutivo aprueba la reforma de la negociación colectiva española, después de no llegar a un acuerdo los interlocutores sociales, tras mesese de negociación.


El mundo económico celebra la decisión
La economía ha recibido con satisfacción la decisión de adelanto electoral. Francisco González, presidente de BBVA, aseguró ayer se trataba de «una buena noticia. España necesita un Gobierno fuerte que tome decisiones que la sitúen otra vez a la altura de los países más importantes de Europa». Arturo Fernández, presidente de CEIM fue en la misma línea: «se necesita un Ejecutivo que devuelva la credibilidad perdida».