España
La industria digital invierte 60 millones en talento español
«Queremos dejar de ser una excepción y crear una verdadera industria digital en nuestro país», declaró ayer Ignacio Pérez Dolset. Él es uno de los privilegiados que se han dedicado a lo que más le gustaba cuando era niño: los videojuegos. Gracias a su talento, menores de más de 50 países juegan con «Commandos».
Su labor y la de su hermano Javier, presidente de Zed –empresa líder en contenidos para móviles–, ha logrado situar a España dentro del mapa de la animación digital. Ellos conocen de primera mano las necesidades del sector y por eso ayer presentaron U-TAD, el Centro Universitario de Tecnología Digital, en Madrid. Abrirá sus puertas en octubre y espera alcanzar los 5.000 alumnos distribuidos entre sus tres grados oficiales. La matrícula anual costará 12.000 euros, aunque planean instaurar becas para que «los pobres no se queden sin su oportunidad», explicó Gonzo Suárez, otro de los pilares de la industria española de la animación y cocreador de «Commandos».
Las telecomunicaciones y la tecnología de la información generan un 8 por ciento del PIB español. «En España hemos descubierto que hay muchos jóvenes con cualidades innatas muy superiores a las de otras zonas del mundo con más producción digital, pero no se les da la oportunidad de desarrollarlas», añade Javier Pérez, su cofundador. Para conseguir su objetivo han trabajado en la idea durante dos años y han desembolsado 60 millones de euros. Sin embargo, como declararon, el esfuerzo no fue sólo suyo: «Hemos contado con el apoyo de la Comunidad y del Ministerio de Industria», explicó Ignacio Pérez.
Los 7.000 m2 de instalaciones se sitúan en Las Rozas, pero, entre los planes de los promotores está un proyecto más ambicioso: «Queremos construir un campus más grande, crear másteres y cursos de posgrado. Incluso, planeamos programas específicos para mayores», afirmó uno de sus fundadores. A esta iniciativa pionera se unieron figuras conocidas como Víctor Ruiz, socio fundador de FX Interactive, y Enric Álvarez, copropietario de Mercury Steam, quien recalcó el importante momento que atraviesa la tecnología: «Es la primera revolución que nos convierte en protagonistas. No nos basamos en épocas pasadas».
Aprender a base de prueba y error
La propuesta de los hermanos Pérez no se quiere desvincular de la industria. Por ello, las prácticas cobran mucha importancia en sus programas. La inversión «en equipos punteros» superará los 100.000 euros por alumno/año: «Para conseguir trabajadores competitivos, los graduados deben tocar todos los sistemas y cualquier nueva herramienta que salga al mercado», explica Ignacio Pérez Dolset.
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