San Sebastián
Ocho años de cárcel por provocarse un aborto
La mujer estaba a sólo una semana de salir de cuentas
LONDRES- A Sarah Catt sólo le faltaba una semana para salir de cuentas y ver la cara de su bebé. Pero en lugar de sentirse ilusionada y preparar las cosas del recién nacido, como haría otra mujer en sus circunstancias, optó por comprar una pastilla por internet para poner fin a su embarazo. Quería evitar a toda costa que su marido, con el que tiene dos niños, supiera que el hijo que estaba esperando no era suyo, sino de su amante.
La mujer, de 35 años, fue condenada ayer a ocho años de cárcel en el Reino Unido. Cuando escuchó la sentencia en los juzgados de Leeds no se inmutó. «Lo que hizo fue robar a un niño aparentemente sano, vulnerable e indefenso de la vida que estaba a punto de comenzar», dijo el juez, que recalcó que el delito era «más grave que el homicidio no intencional».
A pesar de que la madre explicó que el niño nació muerto y ella se limitó a enterrar el cuerpo sin vida, la Policía no ha podido encontrar a día de hoy los restos. El aborto tuvo lugar el año pasado. Cuando Sarah se enteró de que estaba embarazada trató de poner fin a la gestación, pero descubrió que había pasado el límite legal establecido en el Reino Unido de 24 semanas.
Buscó desesperadamente una solución en internet, mientras ocultaba cómo cambiaba cada día su cuerpo. No era la primera vez que lo hacía. Ya había ocultado uno de sus embarazos a su esposo, que se enteró del nacimiento de su segundo hijo pocas semanas antes del parto. En 1999, la pareja ya había dado un niño en adopción, y poco más tarde, decidieron abortar cuando ella se volvió a quedar embarazada. También quiso poner fin a su embarazo cuando se encontraba embarazada de su segundo hijo, pero también pasó el límite legal establecido para abortar.
Cuando Sarah se dio cuenta que de se había quedado en estado de nuevo y de que en su centro ya no la dejaban interrumpir el embarazo, preguntó en internet: «¿Dónde puedo conseguir un aborto ilegal?» y «Cómo inducir un aborto a las 30 semanas». En mayo de 2010 compró un medicamento a una compañía en Bombay, India. Las pastillas llegaron a su casa cuando ya estaba embarazada de 38 semanas. Las tomó aprovechando unos días que su marido estaba fuera de casa. En ese momento su gestación estaba ya cerca de las 40 semanas.
La Policía británica la describió ayer como una mujer «fría y calculadora». «No ha mostrado arrepentimiento ni ha dado ninguna explicación de lo que ha hecho, mintiendo a la Policía, a los profesionales sanitarios y a su familia», afirmó un portavoz policial. Su abogada dijo que su cliente estaba arrepentida de lo que había hecho y que había pedido perdón a su marido y a sus dos hijos «por darles una carga que tendrán que soportar durante toda su vida».
Sin condenas en España
- En España, a pesar de que el aborto es un delito en caso de que no se cumplan los plazos y supuestos que marca actualmente la ley, lo cierto es que, como aseguró el pasado mes de febrero el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, «ninguna mujer ha ido a la cárcel en los últimos 25 años por abortar».
- El pasado mes de marzo, una ciudadana brasileña residente en Guipúzcoa fue condenada a pagar una multa de 1.800 euros por haberse provocado el aborto cuando estaba embarazada de seis meses. La mujer, que ingirió diez pastillas, abandonó al bebé en un baño del Hospital Donostia de San Sebastián. Aunque éste fue hallado aún con vida por los médicos del centro, murió 15 minutos después.
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