Comunidad de Madrid

El acoso escolar se paga

Un colegio de Madrid, condenado a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar en un caso de acoso escolar. El centro, en «absoluto desacuerdo», dice que recurrirá el fallo.

Un colegio condenado a pagar 40.000 euros por no remediar un acoso escolar
Un colegio condenado a pagar 40.000 euros por no remediar un acoso escolarlarazon

«Cállate, que tú no sabes nada y eres un inútil», «menos mal que has venido (al colegio), sin ti nos aburríamos y hoy te toca caña», «te vamos a arruinar la vida y a dejar en coma». Son algunas de las amenazas de un grupo de alumnos de Primaria conocido como «el terror del patio» a un menor que sufrió acoso escolar en el colegio concertado «Amor de Dios» de Alcorcón (Madrid). Así lo recoge una sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 44 de Madrid, dada a conocer ayer, en la que se condena al centro educativo a indemnizar a la familia del menor con 40.000 euros, una de las cuantías más altas impuestas hasta ahora en España por un caso de «bullying» por «la actitud omisiva del centro» durante los tres años que la familia asegura que duró el hostigamiento, las humillaciones y la discriminación del niño.

El fallo judicial pone de manifiesto que la actitud del centro «es especialmente grave» porque uno de los padres de los niños implicados en el acoso se dirigió al colegio para ratificar la situación y «no sólo no hace caso de tales afirmaciones, sino que ni siquiera se comunica a los padres de los otros niños implicados los hechos tan graves de los que se acusa a sus hijos».

El juez también estima que «no se agotaron en este caso las medidas de vigilancia y control que tenían a su disposición». Incluso considera que la indemnización que se exige al centro «es moderada» porque la intención de los padres «no es obtener un beneficio económico, sino una satisfacción moral por el nefasto obrar de la demandada y la reprochable actuación».

La sentencia expone que el menor había recibido pinchazos con lápices, le desaparecían toda clase de objetos, «le escondían sistemáticamente la cartera y el abrigo para reírse de él... Se produjo un progresivo aislamiento, al no sentarse ni jugar nadie con él dejándolo solo en clase de informática y en las excursiones». Entre otros incidentes, el fallo alude al robo de un monedero con cinco euros que llevaba el niño a una excursión, y el destrozo de una chaqueta. Así, el menor comenzó a decir sistemáticamente que no quería ir a clase. «Se evidencian tics, toses nerviosas, sensaciones de ahogo, terrores nocturnos, hábitos alimenticios compulsivos, opresión en el pecho...».


Recurso
Una versión completamente opuesta es la que ofrece el centro educativo, del que es titular la Congregación del Amor de Dios. No sólo se ha mostrado en «absoluto desacuerdo» con la condena que se refiere a la omisión del colegio, también ha anunciado que recurrirá la sentencia. José Luis García Olaskoaga, miembro del equipo de titularidad del centro, aseguró ayer a LA RAZÓN que tuvieron conocimiento de los hechos en diciembre de 2009, aunque «de forma dispar, ya que los padres del menor están separados. No nos dan datos fehacientes y no proporcionan los nombres de los supuestos acosadores». Es entonces cuando asegura que se inician dos líneas de actuación: por un lado, el centro recurre a la Inspección de Educación de la Comunidad de Madrid, que emite un informe en el que concluye que «no ha descubierto ningún hecho que denote acoso, pero sugiere que se incremente la vigilancia», expone el portavoz.

A nivel interno, «reunimos al equipo directivo, al personal docente y no docente y a la orientadora para que se haga una revisión intensísima del alumno. No se produce ninguna notificación por parte de nadie». Además, la madre del niño acosado «rechaza una valoración psicológica de la Comunidad».

En definitiva, «no tenemos ninguna prueba que nos haga actuar disciplinariamente contra los alumnos que hicieron el acoso», que siguen en el centro. Tampoco antes un colegio de la congregación había recibido una denuncia de acoso.


Vejaciones y maltrato hasta el suicidio
La primera condena por acoso escolar en España se produjo por el caso de Jokin, un joven de 14 años de Fuenterrabía que se suicidó el 21 de septiembre de 2004 tras un año entero sufriendo «bullying» por parte de sus compañeros de instituto. El caso conmocionó a toda España. La última sentencia conocida hasta ahora era la del colegio Suizo, condenado en 2009 a pagar 30.000 euros por los golpes, vejaciones y malos tratos que un alumno del centro tuvo que soportar durante dos años.