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CDC independentista por Toni Bolaño

La Razón
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Mientras toda España está pendiente de las elecciones de Andalucía y Asturias, los nacionalistas catalanes han puesto la directa hacia la independencia. En el congreso de este fin de semana, el presidente de la Generalitat ha dicho que «Cataluña debe aspirar a la máxima libertad nacional». Un poco más allá ha ido el nuevo secretario general, Oriol Pujol, cuando ha fijado al congreso como el inicio del «camino hacia la transición nacional cuyo fin es la soberanía». Pujol, el ex presidente de la Generalitat, se unió a la orgía soberanista y convirtió a Convergència en la «fuerza de choque» que entablará un «combate épico contra el Estado», en una versión libre del lenguaje leninista. Si Lenin convirtió al bolchevismo en la «fuerza de choque» que lideraría las masas obreras en el nuevo orden, los nacionalistas de CiU quieren movilizar a los catalanes para lograr la independencia.

Sin embargo, Mas sabe que la mayoría de los catalanes, hoy por hoy, no apuestan por la independencia. También sabe que la transición nacional que quiere capitanear se está haciendo (aunque sea a regañadientes) de la mano del PP. Por eso, ha lanzado un aviso a los suyos: «Los objetivos nacionalistas han de ser compartidos por la mayoría de los catalanes».

Como no la tiene, y quiere tenerla, levanta la bandera del pacto fiscal. Si Rajoy no cede a sus aspiraciones, se «cargarán» de razones para acusar a España de expolio fiscal, de marginación a Cataluña…….La situación de rechazo sólo, afirmarán, deja una salida: la independencia. Con esta táctica, esperan sumar a su proyecto a los que consideran que el actual sistema de financiación debe ser revisado. Según las últimas encuestas, más de 90 por ciento de los catalanes consideran que Cataluña da más de lo que recibe. O sea, son campo abonado a sumarse al carro independentista.

Mas, además, tiene otra carta en la manga. Si Madrid racanea ante el pacto fiscal convocará elecciones anticipadas. Si obtiene la mayoría suficiente se sentirá legitimado para pedir un estado propio para Cataluña. Las bases convergentes están lanzadas por este camino. El 71 por ciento de los delegados apuestan por el estado propio y un 91 por ciento votaría a favor de la independencia. Rajoy deberá tomar buena nota.

De Andalucía, de Asturias, de la huelga general del jueves, evidentemente. Pero, también de Cataluña. De momento, la deriva independentista de Mas, que no ha hecho más que empezar, se sustenta en los apoyos del PP.