España
«Intentamos crear un estilo como hace Guardiola»
–Dos hermanos crean juntos una marca de ropa como «El Ganso». Está claro que les van los deportes de equipo, ¿no?
–Sí, sí, sobre todo el fútbol –contesta Clemente–.
–¿Es tan importante el equipo en el mundo de la moda como en el del fútbol?
–Pues, nosotros creemos que sí. Siempre ponemos el símil de que las personas tienen que estar igual de bien colocadas en la empresa que en el campo de fútbol: tiene que haber uno defendiendo, otro en el medio pensando y repartiendo juego, otro delante para rematar... Esos temas son muy reales en la empresa –dice Clemente–. Yo creo –dice Álvaro– que mi hermano es el medio organizador y yo el media punta, el que define arriba.
–Supongo que a ustedes, dado el espíritu británico cosmopolita de su ropa, les gustará mucho el fútbol.
–Muchísimo. Es el deporte que más nos gusta –apunta Álvaro–. Ahora lo vemos, ya jugamos muy poco por falta de tiempo. Hasta hace un par de años jugábamos en trece equipos... Estábamos todo el día jugando. Ahora corremos, montamos en bici y cuando podemos nos vamos a esquiar –aclara Clemente–. Y Álvaro añade: yo lo único que hago es irme a correr al Retiro cuando puedo.
–Empezaron ustedes con una tiendecita en Fuencarral, en Madrid, y ahora las tienen por toda España. Están a punto de abrir en Portugal y en Francia y sus productos se venden en un montón de países de Europa… Vamos, que ya están en la «Champions».
–Estamos ahí intentándolo –habla Clemente–. Creo que todavía estamos en la UEFA –sentencia Álvaro–.
–¿Dónde está el secreto del éxito de su juego?
–Creo –empieza Álvaro– que en una creatividad comercial a precio asequible. Y aparte –continúa Clemente–, intentamos crear un estilo, como hace Guardiola con el Barça, para que la gente se sienta identificada con lo que lleva, más allá de ser una chaqueta o unas zapatillas.
–¿Qué deportista español dirían ustedes que podría llevar mejor su ropa?
–Para mí –Clemente–, Guardiola y Xabi Alonso. Y Casillas –Álvaro–, que normalmente la lleva, igual que Mata.
–¿Les gustaría diseñar la ropa para su equipo de fútbol?
–Sería nuestro sueño.
–¿Y qué equipo es, si es que sólo hay uno?
–El Real Madrid –confiesa Clemente–. Pero también nos gusta mucho el Athletic –asegura entre risas Álvaro–.
–¿Cómo la harían?
–Pues como vestía España en el Mundial del 82 –dice Álvaro–, tanto dentro como fuera del campo. Entre setentero y ochentero. Todo un poquito más elegante, que no sea todo tan transpirable.
–Han conseguido muchas cosas en el mundo de la moda, ¿qué premio sería para ustedes como una medalla olímpica?
–Este año –cuenta Clemente– nos han dado el premio de Jóvenes Empresarios de Madrid y servir un poco de ejemplo en una época como la actual, donde es importante el crear valor y crear puestos de trabajo, es un ejemplo que yo creo que también es bueno. Pues para mí –concluye Álvaro– el mayor regalo es ver a los clientes con las bolsas de «El Ganso» por la calle. Eso significa que les gusta lo que hacemos y que podemos seguir trabajando.
En primera persona
Clemente y Álvaro nacieron en Madrid. El primero en 1974 y el segundo en 1975. Están los dos casados –Clemente tiene dos niños y Álvaro, uno– y ambos se sienten especialmente orgullosos de su familia. Clemente no se arrepiente de nada, porque piensa que de todo se aprende, y Álvaro, en todo caso, de lo que no ha hecho. Clemente valora la sinceridad y Álvaro la ilusión, además de la transparencia. Clemente lucha por aquello en lo que cree y es demasiado idealista. Álvaro es constante, tiene mucha ilusión y es demasiado inquieto y autoexigente. Ambos perdonan y los dos, más que olvidar, archivan. A una isla desierta, Clemente se llevaría a su familia y un montón de libros y Álvaro, un balón y una cerveza. A los dos les gusta la comida española y, sobre todo, la cerveza. Clemente no tiene manías, pero Álvaro tiene un montón: tiene que llevar el abrigo de una manera porque si no da mala suerte, sacar el coche de otra por lo mismo… De mayor Clemente quiere contar a sus nietos que ha hecho muchas cosas y Álvaro quiere, además de haber cumplido con sus ambiciones, haber ayudado a los demás. Si volvieran a nacer, Clemente sería marino mercante y Álvaro, futbolista.
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