Tranquilidad en el Barça

BARCELONA- Con un escueto «¡Vamos!» celebró la expedición azulgrana en el avión de vuelta a Barcelona el triunfo del Sevilla ante el Real Madrid. Un resultado que deja a los de Vilanova con ocho puntos de renta sobre su máximo rival. Una distancia que a otras alturas de temporada podría provocar alguna reacción de júbilo más significativa que la del sábado, pero que ahora no significa casi nada. La tranquilidad reina en el Barça a pesar de la difícil situación que está atravesando el equipo de Mourinho. «Esto sólo acaba de empezar», recordaba ayer Busquets. Una frase que resume perfectamente el sentir del vestuario, más prudente que nunca ante el panorama actual.
Es una de las cosas que Tito Vilanova mantiene de su etapa junto a Pep Guardiola. Máximo respeto hacia los rivales y ni un ápice de euforia. Y los jugadores lo cumplen a rajatabla. «Queda mucha Liga por delante. Nosotros salimos a ganar cada partido y nada más. La distancia es sorpredente, pero no estoy en su lugar para saber qué pasa», resumió Busquets. Los tropiezos del Madrid en este inicio de temporada han sorprendido mucho en el seno del vestuario «culé», pero hasta el último futbolista de la plantilla es consciente de que a mediados de septiembre no hay nada definitivo. «No estamos pendientes del resto, sólo de nosotros», apuntó el centrocampista de Badía.
A pesar de la alegría por el triunfo y también por la derrota posterior del Madrid, en el Barça ha quedado un sabor amargo tras el choque de Getafe por la lesión de Carles Puyol, que ya jugó en el Coliseum Alfonso Pérez con una máscara por una rotura de pómulo. El capitán azulgrana fue sometido a unas pruebas que confirmaron el diagnóstico inicial del doctor Pruna y tendrá que estar entre cuatro y seis semanas sin jugar por una lesión en la rodilla izquierda. Una pésima noticia para Tito Vilanova ante el inminente estreno en «Champions» y la proximidad del primer clásico de la temporada. «Es una baja muy importante por todo lo que nos da», destacó Busquets.
Precisamente, el duelo frente al Spartak de Moscú del miércoles es la única preocupación del vestuario a día de hoy. El debut europeo llegará en el Camp Nou y ante el equipo de un viejo conocido como Unai Emery, cuya experiencia en la Liga española le otorga cierta ventaja en su visita al coliseo barcelonista.