Atlético de Madrid

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Tiago espanta los fantasmas

Tocaba abrigarse, remangarse y poner los cinco sentidos para que el Rosenborg, inferior al Atlético en cuestión de futbolistas, no hiciera virtud de su campo, del apoyo de sus hinchas y de un fútbol directo, eléctrico, que se impusiese sobre la teórica superioridad de los madrileños

Agüero durante el partido
Agüero durante el partidolarazon

Y sufrieron los de Quique, que lo pasaron mal en la segunda parte hasta que apareció Tiago para marcar un golazo y dar a los rojiblancos un triunfo que les permite seguir con la cabeza alta en la competición. Ayer, el campeón tuvo dudas, dos caras y un partido complicado cuando el domingo espera la máquina de matar de Mourinho.

Para contrarrestar las virtudes raciales de los de Eggen –que pronto se jubilará y vendrá a tostarse a su casa de La Manga–, Quique optó por el trivote, con Raúl García en el puesto del lesionado Reyes, y sentó a su lado, en el banquillo, a Diego Forlán para que Diego Costa fuera el que se peleara inicialmente con la fornida defensa noruega. Las cartas claras con el fin de sacar el partido adelante sin importar mucho los medios.

Las precauciones y los miedos los borró de un plumazo Agüero con su gol. Centró Simao y el «Kun» marcó en fuera de juego. Un gol para afrontar el partido con otra cara porque el Rosenborg lo encajó mal, dejó muchos espacios, no presionó y el Atlético se sintió cómodo. Tan cómodo que Tiago y Diego Costa fallaron en dos minutos dos ocasiones muy claras. Los noruegos defendían mal y los de Quique encontraban más facilidades de las previstas.

Controlaba el juego el Atlético, que no sufría sobresaltos, pero tampoco tenía fluidez en el toque y fue perdiendo chispa. La posición de Raúl García en la banda derecha servía para que el navarro, muy participativo, echara una mano a Ujfalusi para tapar las llegadas de Dorin y para juntarse con Assunçao y Tiago cuando el balón estaba en poder de los noruegos.

Como el Atlético falló sus ocasiones y no resolvió, fue el Rosenborg el que tomó el mando, empujó y a través de balones aéreos trató de enmendarse y crear peligro. Iversen, Moldskred y Henriksen eran los que más se afanaban en complicar la vida a Domínguez y a Perea.

Como en los últimos partidos, el equipo se cayó, se borró del encuentro y permitió que el Rosenborg atacase, metiese balones en el área y, desde su esfuerzo colectivo, se encontrase con el empate en un remate que le pasó a De Gea por debajo de las piernas. Y no se conformó con eso. Insistió el equipo noruego en buscar otro gol, con sus recursos, con su fútbol, primitivo si se quiere, pero efectivo. Y el Atlético allí, de convidado de piedra, sin saber lo que hacer, sin sacar la pelota, sin dar dos pases seguidos, encomendándose a la defensa, a De Gea y a la precipitación de Iversen y demás compañeros.

Y cuando el empate parecía bueno para los madrileños, Tiago se marcó su mejor jugada como atlético. Se fue de tres rivales, con caño incluido, y se largó un zapatazo desde 35 metros que entró por la escuadra y que da vida al Atlético.


El goleador portugués dice que ya no tenía fuerzas cuando marcó
El jugador del Atlético de Madrid Tiago reconoció o que casi no tenía fuerzas cuando marcó el gol que significó la victoria de los suyos ante el Rosenborg. «Ya casi no tenía fuerzas, pero al final salió todo bien y ganamos un partido muy difícil y muy importante. Queríamos ganar aquí para estar tranquilos», afirmó el portugués en declaraciones a Sara Carbonero, de «Tele-5», nada más concluir el encuentro. Sin embargo, y a pesar de mostrarse satisfecho con el triunfo, el internacional luso aseguró que no pudieron «salir de atrás» ante las ocasiones de los noruegos. «Hemos tenido muchas pérdidas de balón y no conseguíamos salir de atrás, pero al final ganamos con mi gol», explicó Tiago, que apuntó que ahora queda descansar un poco y pensar en el derbi: «Será muy complicado ante el Madrid de mi paisano Mourinho».