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El efecto de la sequía: 900 hectáreas arrasadas por el fuego en Lérida
BARCELONA– Sin lluvias en las últimas semanas y con vientos superiores a los 100 kilómetros por hora. Una simple y peligrosa ecuación para el Pirineo de Lérida, que provocó ayer la quema de 870 hectáreas de vegetación, que pueden aumentar en los próximos días si el viento no arrecia.
Tal y como se venía alertando en las últimas semanas, la temporada de incendios se ha adelantado en el calendario y cuatro incendios obligaron a desalojar a 200 vecinos de masías y núcleos urbanos de las comarcas de la Alta Ribagorça, el Pallars Sobirà y el Alt Urgell. Alrededor de un centenar de personas tuvieron que pasar la noche fuera de casa, mientras que el resto –92 habitantes de Peramea–, se quedaron confinados en sus casas.
Los cuatro incendios, que se iniciaron con apenas hora y media de diferencia, se vieron avivados por las fuertes rachas de viento de la mañana. El director general de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, Jordi Gassió, apuntó a que el incendio que afectó al Coll de Nargó, que al cierre de esta edición estaba en fase de control tras haber quemado unas 100 hectáreas, podría haber sido provocado por la caída de un tendido eléctrico. Las causas del resto de incendios –en Gerri de la Sal, Pont de Suert y Calbinyà– están siendo investigadas.
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