Cine

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Los Goya y doctor Zhivago

La Razón
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Acabo de ver «Doctor Zhivago». Nunca me canso con una gran película. Se puede ver una y otra vez sin aburrirse. Es posible descubrir algo nuevo. Desde las interpretaciones hasta la música pasando por los diferentes matices de un argumento que lo tiene todo: comedia, drama, historia, crítica política... Extraordinaria. Con una cierta regularidad recupero las grandes películas de la historia del cine. Es lo mismo que leer un clásico. Por cierto, me he fumado un puro en honor de Leire Pajín, Elena Salgado y todos los integristas antitabaco que pululan por la política española. He de reconocer que ver «Doctor Zhivago» el día de la galita de los Goya ha sido un error. Me hace recordar que en España, salvo contadas excepciones, se hace un cine de una mediocridad exasperante. Es malo. Malo hasta decir basta. Los argumentos son tan previsibles que aburren. Es un cine de brocha gorda y chapucero, aunque muy bien subvencionado por el erario público. La verdad es que Goya no se merece que utilicen su nombre para estos premios.